Guatraché | Consumió cocaína durante 19 años y ahora se ofrece para ayudar contra la droga.
En la Rotisería Mayor Gusto, de Guatraché, son las 8 de la noche cuando Mario Damián Ostini nos recibe (NdeLPDXD: a FM Del Pueblo) y de inmediato arranca contando anécdotas de una vida fuera de lo normal. (Foto: FM Del Pueblo)
"Tengo 11 hermanos y la mayoría cayó en las drogas", confiesa Mario para quien el tiempo vale oro y no se detiene ni cuando ingresa algún cliente, "no tengo nada que ocultar, ni quiero", asegura, "me interesa que se sepa mi historia así que podes publicar mi nombre completo y todo lo que te cuente", autoriza.
Se define como un ex drogadicto recuperado y cada respuesta durante la entrevista representa el crudo recuerdo de la terrible pesadilla que le tocó vivir, aunque parece convencido de que los milagros existen y que su caso es uno de ellos.
Mario creció en un hogar con un padre alcohólico y drogadicto, y donde el maltrato fue el pan vuestro de cada día. Hijo de padres separados, Mario (36) tenía solo dos años de edad cuando su padre echo a su madre de la casa "o te vas o te mato", asegura que le dijo antes de abandonar Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero y viajar a La Rioja donde vivió muchos años horrorizada y con temor a que la fuera a buscar. "Mi padre en esa época era Policía Federal, la podía matar tranquilamente y hacerla pasar por desaparecida como ocurría en la época de la dictadura", dice convencido.
La crianza junto a sus dos hermanos y sin la madre, y con un padre "que consumía drogas y alcohol todo el tiempo", le fue muy dura. Este joven que de niño conoció muy poco de comprensión, amor y ternura, reconoce que su padre siempre fue un mal ejemplo, "cuando estaba en la policía allanaban una casa y se robaban las cosas. No tengo empacho en contarlo porque fue mi vida y le doy gracias a dios que pude salir de esto, porque mi casa era un infierno", recuerda con dolor, "consumía mi hermano mayor que también robaba, luego mi hermano mediano, y yo también, que era el mas chico de la primer familia que tuvo mi padre".
Con el tiempo, su padre hace pareja nuevamente con otra mujer con quién tuvo siete hijos más, "mi padre se junta al tiempo con otra mujer, que es la madre de mis hermanos por parte de mi padre y ella también entra a consumir", explica, "¡Consumiamos todos en esa casa!", recuerda con horror, "yo era el que le hacia las compras a mi papa, tenia 10 u 11 años y en ese lapso yo empiezo a consumir cocaína, ya tomaba alcohol porque era una familia sin limites, sin parámetros, valía todo ahí. Delante de mi papa, a esa edad fue la primera vez que me drogué", reconoce.
Fue así que se inició el calvario para Mario, quien para obtener su "cuota" diaria de droga llegó incluso a cometer delitos de hurto, sin imaginar siquiera que se estaba hundiendo en el tenebroso abismo de la cocaína y sus fatales consecuencias.
"Se accedía fácil a la droga como se consigue ahora, nada mas que hay una diferencia entre la droga de aquel momento y la de hoy, la de aquel entonces era cocaína mas pura y a la de ahora le fueron agregando un montón de cosas lo que la hace potencialmente mas nociva", explica.
El testimonio que da él de sí mismo se vuelve extremadamente conmovedor: "La droga tiene cuatro etapas y yo pase por todas, era drogadependiente", asegura, "vas pasando etapas porque vas consumiendo mas, después consumís todos los días, y luego ya como adicto consumís tanto cuando estas feliz como cuando estas triste, es una excusa y cuando te das cuenta ya estas metido hasta el cogote y no podes salir. Robas para comprar la droga, te levantas pensando en eso", relata.
Por ese entonces, Mario salía a la calle pero siempre se topaba con algún amigo que tenía la misma vida que el. Imposible entonces siquiera pensar en alejarse de su adicción.
A los 18 años, su abuela le revela el secreto mejor guardado de su vida: El lugar donde vivía su verdadera madre. Ni un minuto tardó en decidirse a viajar a conocerla. A los pocos días pisaba la provincia de La Rioja: "cuando mi vieja se entera que todos consumíamos cayó desmayada. Por ese entonces, mi madre tenía dos nuevos hijos, uno de 9 y otro de 6, producto de su nuevo matrimonio, hasta que se separa en el ´92 y decide regresar a Buenos Aires. Ahí empiezan a consumir droga también mis hermanos mas chicos", recuerda. "¡Los cinco hijos de mi vieja consumíamos todos!, ¡Una locura!, le agarró un ataque a mi vieja que casi se muere".
"Fue todo muy shokeante porque mi mamá al poquito tiempo de volver se entera que todos nos drogábamos, es una historia pesada….".
No obstante, lo más dramático para Mario llegó meses después al enterarse que uno de sus hermanos estaba gravemente enfermo, "¡todo mal! y nosotros seguíamos consumiendo y consumiendo", le duele recordar, "hasta que luego de mucho tiempo, un dia se pudre todo, y mi señora, luego de muchas peleas y discusiones me dice: bueno, hasta acá llegaste, si no te curas a nuestras hijas no las ves nunca mas, vos elegís…".
Tenía 29 años cuando le dieron el ultimátum, "ya me andaban buscando por todos lados, yo era un desastre, no podía andar por ningún lado, le robaba hasta al que me vendía la droga, hasta que un día, cuando trabajaba como empleado en el Concejo Deliberante de Pilar me ofrecieron ingresar a la Fundación Manantiales, donde la obra social IOMA me cubriría todo el tratamiento".
Por sus hijas y su familia no lo pensó: "Pasé un año internado, encerrado en Capital Federal y me fui recuperando, aunque fue difícil", reconoce, "adentro hice un curso de operador socio terapéutico. En la Fundación me dieron la oportunidad de estudiar, de hacer el curso, de trabajar", se manifiesta agradecido. "Trabajar allí con adictos es algo inexplicable, porque el adicto en recuperación se siente identificado con el que lo ayuda. Es decir, la esperanza la tiene en él, no en su psicólogo, o en un psiquiatra, o en un medico, o en un familiar, la tiene en el operador terapéutico. Y a su vez daba mas resultado un operador que había pasado por la droga que el que nunca había pasado por ese problema".
A la par de la recuperación de Mario, su madre inicia en la Universidad sus estudios de psicología en una búsqueda desesperada para ayudar a sus hijos a salir del flagelo de la droga. Pero el esfuerzo de su madre no se reflejaba en su padre. Mario recuerda con tristeza ver a su padre de 56 años en los noticieros de televisión cuando lo detienen en un procedimiento por sustracción de automotores, el paso previo a ser despedido de la fuerza.
"¿Cuándo vas a cambiar?, ¿Cuándo vas a dejar esa porquería?", lo interrogó semanas después en tono de ruego cuando decidió ir al reencuentro con su padre. "Uno se siente con el deber o la autoridad de hablar con una persona que esta pasando por lo mismo que pasaste vos. Es decir, tienes un poquito mas de visión en eso, pero nada mas que eso, porque si una madre quiere a un hijo también le va a pedir, pero por ahí no sos objetivo cuando sos madre o cuando sos padre porque te dominan, el drogadicto te domina, llega un momento que te convence y tienes que aprender a trabajar con ellos".
"Porque el adicto,….. ¿sabes que busca aunque no lo creas?….", se pregunta y responde, "busca un referente, un padre, alguien que lo ayude, …busca una corrección que no la tuvo en su familia".
Y asegura con mucho convencimiento, "el adicto no viene de los genes o de una decisión propia, sino que nace de un problema familiar, el 99,99% viene de un problema familiar, algo que no se hizo en su momento, o se hizo demasiado o mal. Los chicos buscan la droga porque tienen un vacío en el hogar. Es decir, vos no estas predestinado a drogarte. Yo tengo tres hijas, y ellas saben todo. Yo me saque esa culpa, yo antes quería hacer todo, ahora disfruto de ellas y no me echo culpa de lo que paso, no actúo según lo que hice antes, si sé que hay cosas que no las hice y que la vida y el destino me van a pasar factura, pero no actúo por eso, porque aprendí que lo que soy hoy es a causa de lo que fui antes y creo si, …..que mejoré….".
100% curado
"Yo ahora estoy convencido que estoy cien por ciento curado", afirma con total seguridad, "por eso quiero dar mi testimonio de vida a las personas".
Y a continuación relata una anécdota que marcó el inicio de su "vuelta a la vida", "la primera prueba la tuve a los tres meses y medio de estar internado en la fundación, cuando me dejaron volver a mi casa por primera vez. Recuerdo que me dieron la primera salida por 4 horas y que estábamos en navidad. Al llegar a casa fue cuando escuché a mi mujer pedirme que le acercara la caja con los adornos porque quería armar el arbolito con las nenas. Ahí fue que se me prendió la lamparita y recordé: ¡pero si en esa caja yo escondía la droga!. Se me hizo un nudo en la garganta y corrí hacia el baño antes de que pudieran sospechar algo. Yo me sentía firme en lo que quería para mi vida, que no quería seguir lastimando mas a nadie, por lo que entonces bajé la caja de arriba del armario y noto que había algunas bolsitas que aún contenían la droga. La pensé y dije ¿que hago?. Era para mí una prueba de fuego,…..entonces las junté y las tire en el tacho de basura. Al rato pensé, ¡nooo!. Si están en el tacho de basura me puedo tentar a tomarlas de nuevo, así que corrí nuevamente al baño, las arrojé en el inodoro y tire tres veces de la cadena".
Para Mario, eso marco un antes y un después en su vida post-recuperación, "he visto muchos compañeros, pero decenas, irse, huir del tratamiento, he visto gente grande, chica, mediana, de cualquier edad, irse, ¡no soporto más!…. te decían…..y también he visto a muchos compañeros que han vuelto de la primer salida, drogados…esperando 3 meses y medio, cuatro o lo que fuere, porque cada uno tenia un tratamiento diferente y volvían drogados…….lo que pasa es que no tenían ganas de curarse. Si vos no tenes ganas, no te curas, es como el alcohólico. Lo que pasa es que al drogadicto se lo margina, se lo pone en un lugar feo, pero el alcohólico es igual, el alcoholico tiene las mismas actitudes o quizás peores que el drogadicto. El fumador compulsivo también…".
"Siempre hay una puerta de salida para las adicciones, lo único que se necesita es valor para enfrentar el problema y un enorme amor por la vida", sostiene.
"La mejor forma de transmitir la verdad sobre las drogas es a través de las palabras de aquellos que hemos estado ahí", sugiere Mario quién además confiesa que lo han venido a ver de alguna institución del pueblo para que cuente su historia, "al contar mi historia, puedo transmitir lo que he aprendido para que otros no vayan por el mismo camino", pide y se ofrece a que lo llamen desde las instituciones educativas de la localidad y la zona para hablar sobre el tema: "La educación sobre las drogas salva vidas", asegura.
Llegada a La Pampa
Gracias a su mujer que tiene familiares en nuestra localidad, Mario hace nueve meses que se radicó en Guatraché y no deja de advertir que la droga esta instalada en nuestra sociedad. "Uno se da cuenta cuando alguien se droga por las actitudes, yo conozco porque tengo una guía de los distintos puntos con los cuales te podes dar cuenta cuando una persona se droga o no, a no ser que la disimules muy bien. Pero, por ahí una persona normal no se da cuenta, pero el que consumió te saca la ficha enseguida. Te ve y ya sabe que te drogás", afirma muy seguro.
"Yo de una persona que está consumiendo cocaína, me doy cuenta al toque, cada uno tiene un modelo diferente, yo me doy cuenta como se viste el que fuma marihuana y el que toma cocaína, son dos personas totalmente diferentes". "Acá los chicos consumen marihuana, no acceden a la cocaína, es muy raro, por ahí me equivoco, pero no creo. Los que consumen cocaína son algunas personas mayores en éste pueblo que tienen mayor poder adquisitivo. Pero igualmente hay diferencia con Buenos Aires, porque los niveles son diferentes. Acá los niños de 10 años no consumen, no es como Buenos Aires, allá a los 9 ya están fumando".
Prevenir Guatraché
Hace dos meses, un hecho trágico hizo un click en la vida de Mario. Una noche ingresa a su cuenta de facebook y era su amiga de toda la vida que comunicaba la muerte de un hermano de ella a causa de las drogas, "me afectó mucho y siempre fue una tarea pendiente desarrollar un trabajo de prevencion, y cuando muere este chico fue como un quiebre en mí", se plantea. "Me pregunté, ¿que estoy haciendo?, ¿estoy haciendo algo por aquellos que están enfermos, o no?.
A partir de ese hecho, se puso el objetivo de crear un centro de prevención, donde la vida lo pondrá a prueba en su capacidad de ayudar. Por el momento, lleva creado un grupo de facebook con esa denominación, y que ya sumó más de 500 amigos.
"La idea mía no es solamente dar charlas, sino tener un centro de prevencion y recuperación", sostiene quién además se considera un afortunado, "la droga es un camino de ida donde pocos logramos volver. Soy un tipo de suerte…..", admite.
"Y te cuento una última. El verdadero click en mi vida fue cuando un día hice algo de lo que siempre me arrepentiré: le robé a mis hijas para drogarme", recuerda con dolor. "Era una época en la que no teníamos casi dinero porque la situación económica del país era mala. Recuerdo que mi señora había escondido 50 pesos y que era lo único que teníamos para comprar comida al día siguiente. Sin que ella lo supiera, yo pude saber donde los había escondido. Tal es así que luego de una salida con amigos a consumir, volví desesperado a casa y le robé el dinero. ¡Me lo consumí todo esa noche!," confiesa,"en pocos minutos había ingresado en un estado de desesperación y de paranoia en el que no deseaba vivir mas, quería desaparecer del mundo y en mí desesperación entré a una iglesia donde un religioso me aconsejó y oró por mi, pero me dijo: no te podes quedar acá, te tengo que llevar con tu esposa..", recuerda.
"Le llevó un rato convencerme porque yo no quería levantar la frente y mirar a los ojos a mi familia. Pero me llevó igual. Mi corazón latía tan fuerte y rápido que era como que se me salía. Al llegar, mi señora estaba muy triste y me insultó, fue la primera vez que recibí un insulto de ella, y luego me echó, me dijo que nunca mas iba a volver a ver a mis hijas y yo le pedia por favor que me deje quedarme porque no tenia a donde ir, no queria ver a nadie, estaba en un estado de paranoia, creo que fue el más alto que tuve de toda mi vida de consumo, pero no, me dijo que me vaya y tuve que salir a la calle en ese estado, asustado, enfermo, totalmente paranoico, y tuve que caer en la casa de un amigo, donde pasé toda la noche allí".
Al otro día, Mario decidió insistir y regresó a su domicilio. El cuadro que vio jamás se lo olvidará en su vida: su mujer y sus pequeñas hijas llorando desamparadas y sin dinero. "Fue lo mas doloroso que pasé en mi vida, porque mas allá del dinero le falté el respeto a mis hijas y a mi esposa que siempre habían estado conmigo. Eso definitivamente me decidió a cambiar".
Ya son las 9, la entrevista al hombre que le gano a las drogas está llegando a su fin. La lista de familiares y amigos que no pudieron recuperarse de la droga se hace casi interminable. "No todos lo logran…", vuelve a insistir. Tras la despedida, y ya en la vereda se escucha un grito desde adentro, "Ah, ……y ¡pone también que ahora tengo muchas ganas de vivir!…".
FM Del Pueblo
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