Santa Fe | Insólito: asaltan negocio y atienden a los clientes
Ocurrió en el maxikiosco Mafalda, de Mendoza y Saavedra, en la capital provincial. Actuaron dos sujetos que luego fugaron en dos motos. (Foto: Mauricio Garín | El Litoral)
Ladrones que ayer consumaron un golpe en un negocio céntrico corrieron un poco más lejos el límite de la impunidad cuando, en medio del atraco, atendieron a unos clientes.
Durante la siesta de ayer dos individuos fueron los que arribaron al kiosco y almacén Mafalda, ubicado en la esquina de Mendoza y Saavedra.
De los sujetos se supo que eran dos hombres jóvenes, de entre 25 a 30 años, uno de los cuales cubría su rostro con un casco de motociclista.
Armas en mano los rufianes irrumpieron en el lugar y sin mayores trámites encañonaron al encargado y tres allegados al comercio.
Bajo amenazas de muerte todas estas personas fueron conducidas hasta la parte posterior del negocio donde quedaron encerradas.
A medida que las víctimas iban siendo encerradas, en simultáneo también eran despojadas del dinero que llevaban consigo y sus efectos de valor. Así se hicieron de un interesante botín compuesto no sólo por plata, sino también por teléfonos celulares, cámaras digitales, carteras, etc.
Dueños de la situación los malvivientes procedieron a requisar el negocio a voluntad sumando otros objetos a su faena.
En momentos que los cacos hacían su "trabajo" aparecieron algunos clientes. Este detalle no significó mayores inconvenientes para los ladrones que entonces se pusieron a atender.
Logrado su objetivo ambos delincuentes se alejaron de la escena a bordo de dos motocicletas que habían dejado estacionadas en las inmediaciones.
Tras el suceso una profunda sensación de indignación y bronca quedó instalada en el lugar entre comerciantes y vecinos.
Y no es para menos.
El negocio en cuestión carga ya con una penosa experiencia en materia de sufrir hechos delictivos.
Voceros del local manifestaron hoy un gran enojo no sólo por lo acontecido sino porque desde el momento del robo "no volvimos a ver a ningún policía, ni a un patrullero que pasara por la calle".
Por Danilo Chiapello | El Litoral
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