Obama fue reelecto como presidente de EE.UU.
El demócrata ganó en varios estados clave. Superó los 270 electores que se necesitaban para ganar. Logró el control del Senado, pero los republicanos mantendrán el dominio en la Cámara de Representantes. (Foto: Cadena3)
Barack Obama, el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, logró su reelección tras una dura batalla con el republicano Mitt Romney.
Obama, de 51 años, ganó en Virginia, Iowa, Nueva Hampshire, Colorado, Nevada y Wisconsin, consiguiendo así triunfos en siete de los nueve estados más decisivos, donde su campaña y la de Romney gastaron alrededor de 1.000 millones de dólares en avisos televisivos de publicidad electoral.
En Florida, escrutado el 92% de los sufragios, Obama aventajaba a Romney por 50% a 49%, sacándole una diferencia de cerca de 54.000 votos.
Romney se quedó con Carolina de Norte, el noveno de los estados "oscilantes" donde los candidatos centraron todos sus esfuerzos.
Pese al triunfo de Obama, el resultado final de la elección general reeditó el equilibrio de poderes vigente en Washington desde 2010, ya que los republicanos mantuvieron su mayoría en la Cámara de Representantes y los demócratas conservaron su dominio en el Senado.
Con proyecciones de victorias de Obama y Romney en todos los estados menos Florida, el presidente electo logró al menos 303 votos en el colegio electoral, bien por encima de los 270 que necesitaba para retener la Casa Blanca, mientras que Romney sumó 206.
En coincidencia con todos los sondeos preelectorales, ambos candidatos terminaron en un virtual empate técnico en el voto popular total, los dos con un 49% de los votos: 51.801.164 sufragios para el demócrata y 51.508.663 para el republicano.
La marcha de la economía fue considerada el principal factor determinante del sufragio por el 60 % de los votantes, según un sondeo a boca de urna realizado por una consultora para las principales cadenas de TV estadounidenses.
El 40% de los votantes dijo que la economía está mejorando, de acuerdo a la misma encuesta.
Estados Unidos atravesó una terrible recesión desde diciembre de 2007 a junio de 2009, que dejó un tendal de 8,8 millones de puestos de trabajo perdidos.
Al principio de su presidencia, Obama adoptó un paquete de estímulo económico estatal sin precedentes por unos 800.000 millones de dólares que logró recuperar 5 millones de empleos y que fuertemente resistido por Romney y los republicanos, obsesionados con un Estado lo más pequeño y más austero posible.
La tasa de desempleo se sitúa actualmente en el 7,9%, y el número de desocupados se estima en unos 23 millones, incluyendo aquellos que se han dado por vencidos y ya ni siquiera buscan trabajo.
Cadena3
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