Unos 700 mil devotos visitaron Corrientes para participar del homenaje al Gauchito Gil
Al menos 700.000 personas provenientes de todo el país y de Uruguay, Paraguay y Brasil pasaron entre el 1 de enero y hoy por la ciudad correntina de Mercedes para homenajear al "santo del pueblo". (Foto Arch.: WEB)
Las fuertes tormentas y el calor agobiante que afectaron la zona no impidieron que la multitud expresara su fervor por uno de los "santos populares" más queridos del país, lo que se repitió en centenares de santuarios y oratorios a la vera de gran parte de las rutas argentinas.
"La cruz del Gauchito Gil fue acompañada por un total de 700.000 peregrinos desde el 1 de enero y hoy, 8 de enero, fue retornada al lugar donde según la tradición oral está la tumba del joven gaucho federal, desde hace 145 años, a 8 kilómetros de la ciudad", dijo a Télam Graciela Díaz Perez, responsable de la Dirección de Cultura de Mercedes.
La ciudad ganadera y arrocera situada a 243 kilómetros de la capital correntina, habitada desde antes de la conquista por comunidades guaraníes y con una fuerte impronta jesuítica, recibió en estos ocho días una multitud que buscó expresar su fe al joven que murió injustamente "por no querer pelear contra sus hermanos", tras ser perseguido por el mismo ejército que lo había reclutado.
El obispo de Goya, Ricardo Oscar Faifer, de quien dependen las parroquias de Mercedes, dijo a Télam que "la muerte injusta por negarse a combatir contra los hermanos" es uno de los valores más fuertes que se reconoce en Antonio Gil, el gaucho desertor.
Faifer explicó que la Cruz que simbólicamente sostiene al Gauchito Gil "es la medida de hasta dónde llega la maldad de los hombres y hasta dónde llega el amor de Dios; es signo de la muerte injusta y violenta de tantos hermanos y, en el caso de Antonio, nos recuerda su trágica muerte".
Para la intendencia de Mercedes "no hay datos que atestigüen fechas de nacimiento, ni otros datos filiatorios. La historia del Gauchito se inscribe en medio de las luchas entre unitarios y federales, cuyos documentos fueron destruídos en el marco de esas mismas luchas".
"La tradición de fe se ha transmitido de boca en boca. También circuló con fuerza a través de los camioneros que han recorrido las rutas de la provincia y del país", indicó Días Pérez.
Con una velada de la cruz, el 6 de enero, y un gran desfile de gauchos con banderas rojas, vinchas y lanzas por las calles de la ciudad, la fiesta se fue apagando ayer, cuando en la madrugada se volvió a instalar la cruz del Gauchito casi sobre la cinta asfáltica de la ruta 123.
Solamente ayer se calcula la presencia en esa ciudad de al menos 200.000 devotos provenientes de todas las provincias e inclusive de países vecinos, cercanos al NEA.
En los partidos bonaerenses de Marcos Paz, Cañuelas, Merlo, Florencio Varela y Alejandro Korn, donde hay una fuerte presencia de familias correntinas y del NEA, la fiesta del Gauchito Gil se vivió desde el lunes con empanadas, asado y comidas del litoral.
Tal es el caso de los vecinos de La Carolina, en el partido de Florencio Varela, donde veneraron al santo popular al son de la música chamamecera, como lo vienen haciendo desde hace 14 años cada 8 de enero.
"No sólo viene la gente de la zona, sino de localidades vecinas y de otras provincias", aseguró a Télam Estela Mamani, una de las organizadoras del evento, tras estimar que ayer pasaron por el santuario "unas 11.000 personas".
En el santuario la gente comía, bebía y bailaba y desde la entrada se podía ver una larga fila de gente esperando para venerar al Gauchito Gil "con fuertes pedidos, con muchas súplicas por trabajo, por la familia, por salud y por la pareja", contó Mamani.
Rubén Alfaro, un hombre que se reconoce como "guía espiritual" del santuario en honor al Gauchito Gil en Alejandro Korn, señaló que el santo pagano le "salvó la vida" y por eso prometió que iba a "trabajar para él", por lo que construyó ese espacio "donde hoy se reúnen miles de fieles".
El santuario "hoy tiene dos hectáreas, es uno de los más grandes del país y lo hicimos ladrillo por ladrillo", reseñó Alfaro.
Antonio Gil (1847- 1868) fue un joven gaucho correntino que luego de participar en la guerra de la Triple Alianza fue reclutado por el ejército para pelear en la guerra civil correntina, a lo que se negó. Dado que la deserción era delito fue capturado, colgado de un árbol de Espinillo y muerto por un corte en la garganta.
Cuenta la leyenda que Gil le dijo a su verdugo que debería rezar en su nombre por la vida de su hijo, que estaba muy enfermo. Luego de matarlo, el hombre llegó a su casa y encontró a su hijo al borde de la muerte.
El verdugo, de apellido Zalazar, rezó al Gauchito Gil y su hijo sanó milagrosamente.
Télam
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