Ecos de las PASO | Los perdedores
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2013/08/ecos-de-las-paso-los-perdedores.html
Los dirigentes y sectores derrotados en las PASO de La Pampa.
EL MARINISMO. Espartaco Marín instaló su candidatura hace largo tiempo, es el hijo del presidente del PJ, sacó provecho del apellido -instaladísimo en la provincia, sobre todo en el peronismo- y hasta logró aliarse con el otro sector que era mayoritario, la Plural. No es que fue aplastado en la elección interna, pero ese despliegue lo obligaba a una victoria. De algún modo, los caudillos del PJ pampeano quedan deslegitimados.
EL VERNISMO. Una de las preguntas es qué posición tomarán ahora los diputados del vernismo que jugaron tan fuerte a favor de la candidatura de Marín. ¿Tienen plafón para seguir poniéndole palos en la rueda a la gestión provincial? Daniel Lovera, Carmen Bertone, Fernanda Alonso, Patricia Lavín y Martín Borthiry fueron los que jugaron más fuerte para ese lado y deben explicaciones por la derrota. Una de las ambiciones era un triunfo contundente en General Pico, que no se dio: las bases, militantes y simpatizantes vernistas no se bancaron en esa ciudad votar a Marín.
BERHONGARAY. Apoyado en la tradición radical de su apellido, sacándole provecho al nivel de conocimiento que tiene en la sociedad pampeana y presentándose, además, como un diputado laborioso y joven, interpretó que era el momento de darle pelea mano a mano a Torroba. El tiro le salió por la culata: quemó un cartucho, porque la derrota fue muy amplia, incluyendo una diferencia aplastante en Santa Rosa.
PEPPINO-GIORGIS. El socialismo y el Partido del Frente confluyeron en una lista con la expectativa de demostrar que esos espacios tienen importante adhesión dentro del FrePam. Fue una jugada de riesgo, porque podía dejar en evidencia una suerte de hegemonía radical, lo que finalmente ocurrió. Quedó desde siempre la sensación de que Peppino y el FreGen competían por los mismos electores que podían inclinarse por Torroba.
EL PERONISMO ANTI-K. Los candidatos que se mostraron como muy opositores al Gobierno Nacional desde el peronismo -ya sea dentro del PJ, como Adriana García, o por afuera, como Darío Hernández- hicieron un papel que bordea lo lamentable. No se instalaron en el electorado y recibieron un contundente cachetazo de la ciudadanía. Perdieron la simpatía del voto de centroderecha a manos de Carlos Mac Allister. Tienen a mano un consuelo: ganaron en sus localidades de origen, Winifreda y Jacinto Arauz, respectivamente.
ROBERTO ROBLEDO. Él mismo dijo en la previa que la elección serviría para que los competidores se “contaran las costillas”. Las de él, a la luz de los resultados, no son muchas. No anduvo bien ni siquiera en General Acha, donde había depositado expectativas. Pierde estructura y proyección: se queda sin la banca de diputado nacional después de una elección de mediocre para abajo, y de haberse negado al acuerdo que le sugirieron para que bajara su candidatura y demostrara su kirchnerismo apoyando al candidato oficialista.
EL MARINISMO. Espartaco Marín instaló su candidatura hace largo tiempo, es el hijo del presidente del PJ, sacó provecho del apellido -instaladísimo en la provincia, sobre todo en el peronismo- y hasta logró aliarse con el otro sector que era mayoritario, la Plural. No es que fue aplastado en la elección interna, pero ese despliegue lo obligaba a una victoria. De algún modo, los caudillos del PJ pampeano quedan deslegitimados.
EL VERNISMO. Una de las preguntas es qué posición tomarán ahora los diputados del vernismo que jugaron tan fuerte a favor de la candidatura de Marín. ¿Tienen plafón para seguir poniéndole palos en la rueda a la gestión provincial? Daniel Lovera, Carmen Bertone, Fernanda Alonso, Patricia Lavín y Martín Borthiry fueron los que jugaron más fuerte para ese lado y deben explicaciones por la derrota. Una de las ambiciones era un triunfo contundente en General Pico, que no se dio: las bases, militantes y simpatizantes vernistas no se bancaron en esa ciudad votar a Marín.
BERHONGARAY. Apoyado en la tradición radical de su apellido, sacándole provecho al nivel de conocimiento que tiene en la sociedad pampeana y presentándose, además, como un diputado laborioso y joven, interpretó que era el momento de darle pelea mano a mano a Torroba. El tiro le salió por la culata: quemó un cartucho, porque la derrota fue muy amplia, incluyendo una diferencia aplastante en Santa Rosa.
PEPPINO-GIORGIS. El socialismo y el Partido del Frente confluyeron en una lista con la expectativa de demostrar que esos espacios tienen importante adhesión dentro del FrePam. Fue una jugada de riesgo, porque podía dejar en evidencia una suerte de hegemonía radical, lo que finalmente ocurrió. Quedó desde siempre la sensación de que Peppino y el FreGen competían por los mismos electores que podían inclinarse por Torroba.
EL PERONISMO ANTI-K. Los candidatos que se mostraron como muy opositores al Gobierno Nacional desde el peronismo -ya sea dentro del PJ, como Adriana García, o por afuera, como Darío Hernández- hicieron un papel que bordea lo lamentable. No se instalaron en el electorado y recibieron un contundente cachetazo de la ciudadanía. Perdieron la simpatía del voto de centroderecha a manos de Carlos Mac Allister. Tienen a mano un consuelo: ganaron en sus localidades de origen, Winifreda y Jacinto Arauz, respectivamente.
ROBERTO ROBLEDO. Él mismo dijo en la previa que la elección serviría para que los competidores se “contaran las costillas”. Las de él, a la luz de los resultados, no son muchas. No anduvo bien ni siquiera en General Acha, donde había depositado expectativas. Pierde estructura y proyección: se queda sin la banca de diputado nacional después de una elección de mediocre para abajo, y de haberse negado al acuerdo que le sugirieron para que bajara su candidatura y demostrara su kirchnerismo apoyando al candidato oficialista.
El Diario LP
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