Música | Jauría retoma su camino alternativo y combativo con su "Libre o Muerte"

“Libre o Muerte”, el segundo disco de Jauría, el proyecto de Ciro Pertusi, trae un rock con perfil combativo que va del punk al sonido alternativo, mientras que Alvy Singer gratifica con ritmos variopintos al igual que Lucía Martínez con su femenino y rockero en su álbum “Realmente grande”. (Foto: El Acople)

 

Un título con una consigna combativa, letras de fuerte compromiso social, retratos a favor de la defensa de los animales, de la ecología con mucha crudeza, y un disco que va del rock alternativo al punk pasando por un country-punk, un rock beatle y alguna zamba, están incluidos en el segundo álbum de Jauría, la banda de Ciro Pertusi.

Junto a Ray Fajardo en batería, a Mauro Ambesi en bajo y Sebastián Ambesi en guitarra, con la difícil tarea de reemplazar a Pichu Serniotti, los Jauría encararon el armado de este disco que contiene 21 temas y que bien podría dividirse en 3 grupos de canciones.

El disco abre poderoso y veloz, con una ácida mirada sobre aquellos que ven la mitad del vaso vacía, ya que Pertusi califica de “deporte nacional” la crítica social y cuestiona las miradas negativas, desde su histórica posición de simpatizante de la izquierda argentina.

Las guitarras llevan adelante un trabajo alternativo en este segmento del disco en canciones como “Boomerang”, “No pertenecemos” al igual que en “Alta Definición” que se alejan del sonido de Attaque 77, la anterior banda de Pertusi, y lo acercan más a un rock al estilo Foo Fighters.

Es en este sonido donde se encuentran algunas de las canciones más logradas del disco como en “El Puente más allá de lo vivido”, que se refiere a la eutanasia, y en la bien punk “Además” donde aporta voces Hernán Valente de Cadena Perpetua, mientras que en “Amigo mío” destaca otra vez el trabajo de guitarras de Seba Ambesi junto al Carajo Tery Langer.

En la hard rockera “Lanzallamas” también destaca el aporte vocal de Kutxi Romero, el vocalista de la banda española Marea, que le da mucho color con esa voz bien gastada y su acento ibérico.

La producción de Fajardo y Francisco Marafioti fue impecable pero destaca en canciones oscuras como “Canción de Cuna” donde Nicolás Sorín diseño unos arreglos de cuerdas que embellecieron esa canción.

A pesar del origen jazzero y clásico de Sorín, los Jauría encontraron en él un punto en común como lo es el amor por los hardcore estadounidense Bad Religion y a partir de allí sus cuerdas y sintetizadores se extendieron a canciones como “Fabricas” con una carga instrumental más que interesante, que le permite a Pertusi volar a nuevos sonidos con este vestido de Jauría.

“Roberto” es un oscuro grunge que lleva como letra un crudo retrato del conurbano bonaerense, de la depresión y la soledad, mientras que “Luis Espía” es un bello homenaje a Luis Alberto Spinetta en formato bien Teenage Fanclub y le abre las puertas a uno de los mejores momentos del disco.

En su identificación con la palabra Jauría y la libertad de lobos y de perros callejeros, Pertusi se animo a incursionar en el folclore con “Mestizamba” que contiene participaciones notables como la del Tano Claudio Marciello en guitarra criolla, Diego Arnedo en bombo leguero y el ex Intoxicados Felipe Barrozo en guitarra criollo, en una pieza notable. La canción es un verdadero hallazgo y el trabajo vocal de Pertusi tiene un color bien criollo.

Unos minutos después llega la bien beatlesca “El angel de zona sur” que termino siendo un homenaje a Sandro, que tiene como arreglos la guitarra acústica de MIkael de Kapanga y a Andrés Ciro Martínez poniendo una armónica bien beatlesca al estilo de “Love me do”

Ese amor por los perros sigue en la muy punk “Perro Salvaje” en la que Ciro parece elegir la mejor cara de Ricardo Iorio para hablar de él.

En su búsqueda, Pertusi tradujo al castellano y le dio formato rockero bien power a la canción leit motiv de la serie “DragonBall Z” por su fanatismo, el de su hija y el de su hermano Federico a esa serie y a ese comic japonés.

También encontró una canción de la banda sonido de “Pocahontas”, una letra que hace una encendida defensa del medio ambiente y de los pueblos originarios y le dio una forma muy rica embellecida por las cuerdas arregladas por Sorín, en un tándem con la también bonita “Siempre en vanidad”.

 

Télam