Winifreda | Vecino le da cobijo a uno de los hermanos Grabovsky
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2013/12/winifreda-vecino-le-da-cobijo-uno-de.html
Gerardo Grabovsky, cuartelero de bomberos, recuperó su libertad en el caso del homicidio de Flora Ramborger y fijó domicilio en la casa de Ignacio Martín. Allí vivirá hasta que comience el juicio oral. No puede acercarse a 14 personas que prestaron declaración.
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La justicia santarroseña dispuso el viernes la liberación de los hermanos winifredenses Sergio y Gerardo Grabovsky tras celebrarse en la Ciudad Judicial una audiencia de control en el caso del homicidio de Flora Ramborger, ocurrido el 11 de octubre en esta localidad. El tercer hermano, Edgardo, el más complicado por las pruebas y testimonios ofrecidos, seguirá con prisión preventiva.
Antes de quedar en libertad, Gerardo fijó domicilio legal en la casa del vecino Ignacio “Nacho" Martín, ubicada en la calle Calderón.
El poblador, ex bombero voluntario y titular de una empresa de servicios sociales, aceptó darle cobijo en su hogar porque, según dijo, desde el inicio del caso estuvo convencido que su amigo era inocente. Mencionó los vínculos sentimentales que lo unen al liberado.
“Creí desde el primer día en la inocencia de Gerardo, verdaderamente me hubiese gustado que los tres regresaran al pueblo porque uno los conoce desde chicos”, expresó en diálogo con LA ARENA. “Cuando tenía 15 años comencé a vender diarios, Gerardo tenía 11 años y desde ese momento no se ha separado más de mí. Cuando se formó el cuartel de bomberos en 1998 Gerardo se acercó, cebó mates y desde ese día se quedó a trabajar como cuartelero. Siempre creí en su inocencia, por eso, sentí la necesidad de atenderlo desde el primer momento en que fue aprehendido, no me podía borrar. Junto a otro grupo de personas empezamos a defenderlo de corazón más allá de la presunción de inocencia”, agregó Martín.
Entre las personas que colaboraron con él mencionó al jefe del cuerpo activo de bomberos, Luis Clara, y a la enfermera del hospital Mirta García, relacionada con la escuela deportiva para chicos con discapacidad intelectual de la peña boquense Azul Oro a la que concurría Gerardo.
“Durante un mes y medio viaje a Santa Rosa para llevarle todo lo necesario a su lugar de detención donde lo trataron muy bien a tal punto que cuando se fue había caras largas. Los policías me decían que lo iban a extrañar mucho y tal vez vengan a visitarlo a mi casa”, agregó.
Martín no sólo le dio apoyo anímico a Gerardo sino que también contrató al abogado Aldo Díaz para que lo defienda en el proceso judicial. “No quiero misterios, por eso, quiero explicar que a través de mi empresa hago exhumaciones en toda la provincia pedidas por la justicia y varias han sido solicitadas por el doctor Díaz con el cuál entablé amistad. Se ofreció y lo defendió casi gratuitamente, pero yo me comprometí a trabajar gratis para él por el resto de mi vida”.
Señaló que Gerardo “no quiere volver nunca más a su casa (estaba pegada al domicilio de Flora Ramborger) por el vínculo que tenía con la víctima”. Aclaró que “no está con prisión domiciliaria, pero tanto él como su hermano Sergio tiene una restricción de acercamiento hacia 14 personas que en su momento fueron citados a declarar en calidad de testigos. El y yo fuimos notificados con un oficio en el que figuran los nombres y apellidos de esas personas, que incluso algunas quieren venir a darle un abrazo”.
“Bajo ningún punto de vista puede encontrarse con ellos porque peligra su libertad. Nos costó mucho sacarlo y no voy a dejar que por un error vuelva a estar detenido”, finalizó Martín, quien también el viernes se acercó hasta la alcaidía de la ciudad capital a buscar a Sergio Grabovsky. Este regresó a su casa, situada en 9 de Julio, y en breve se iría a vivir a un campo.
“Creí desde el primer día en la inocencia de Gerardo, verdaderamente me hubiese gustado que los tres regresaran al pueblo porque uno los conoce desde chicos”, expresó en diálogo con LA ARENA. “Cuando tenía 15 años comencé a vender diarios, Gerardo tenía 11 años y desde ese momento no se ha separado más de mí. Cuando se formó el cuartel de bomberos en 1998 Gerardo se acercó, cebó mates y desde ese día se quedó a trabajar como cuartelero. Siempre creí en su inocencia, por eso, sentí la necesidad de atenderlo desde el primer momento en que fue aprehendido, no me podía borrar. Junto a otro grupo de personas empezamos a defenderlo de corazón más allá de la presunción de inocencia”, agregó Martín.
Entre las personas que colaboraron con él mencionó al jefe del cuerpo activo de bomberos, Luis Clara, y a la enfermera del hospital Mirta García, relacionada con la escuela deportiva para chicos con discapacidad intelectual de la peña boquense Azul Oro a la que concurría Gerardo.
“Durante un mes y medio viaje a Santa Rosa para llevarle todo lo necesario a su lugar de detención donde lo trataron muy bien a tal punto que cuando se fue había caras largas. Los policías me decían que lo iban a extrañar mucho y tal vez vengan a visitarlo a mi casa”, agregó.
Martín no sólo le dio apoyo anímico a Gerardo sino que también contrató al abogado Aldo Díaz para que lo defienda en el proceso judicial. “No quiero misterios, por eso, quiero explicar que a través de mi empresa hago exhumaciones en toda la provincia pedidas por la justicia y varias han sido solicitadas por el doctor Díaz con el cuál entablé amistad. Se ofreció y lo defendió casi gratuitamente, pero yo me comprometí a trabajar gratis para él por el resto de mi vida”.
Señaló que Gerardo “no quiere volver nunca más a su casa (estaba pegada al domicilio de Flora Ramborger) por el vínculo que tenía con la víctima”. Aclaró que “no está con prisión domiciliaria, pero tanto él como su hermano Sergio tiene una restricción de acercamiento hacia 14 personas que en su momento fueron citados a declarar en calidad de testigos. El y yo fuimos notificados con un oficio en el que figuran los nombres y apellidos de esas personas, que incluso algunas quieren venir a darle un abrazo”.
“Bajo ningún punto de vista puede encontrarse con ellos porque peligra su libertad. Nos costó mucho sacarlo y no voy a dejar que por un error vuelva a estar detenido”, finalizó Martín, quien también el viernes se acercó hasta la alcaidía de la ciudad capital a buscar a Sergio Grabovsky. Este regresó a su casa, situada en 9 de Julio, y en breve se iría a vivir a un campo.
Por Luis Barbaschi | La Arena | Wini.com.ar
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