Santa Rosa | Pesadilla sin fin para una vecina de Villa Parque

Hace 13 años la mujer le pidió a una barrita de adolescentes y jóvenes que no hicieran ruidos a la madrugada. Desde entonces -cuenta la mujer- no la dejan en paz. Esta semana le causaron destrozos en el tapial y las rejas del frente. (Foto: El Diario LP)

Una vecina de Villa Parque vive una pesadilla sin fin: desde hace casi 20 años -según dice- sufre en su vivienda constantes agresiones, molestias, daños y episodios de violencia. El último se registró este miércoles: derribaron el tapial sobre el que tenía una reja, pese a que poco antes había advertido a la Policía.

María Santana, la madre de la atleta Susana Trinak, es quien padece el accionar de una barrita que integran más de 20 adolescentes y jóvenes, siempre de acuerdo a lo que ella misma cuenta a El Diario. Añade, como dato, que la historia de agresiones comenzó hace casi dos décadas y que cobró mayor impulso hace 13 años, cuando decidió pedirles que frenaran con las molestias. 

 

Foto: El Diario LP

 

No olvida aquel día porque a consecuencia del reclamo su hijo sufrió un ataque con un ladrillo que lo obligó a estar internado durante un mes.

“En aquel momento molestaban los que son padres de los que molestan hoy”, lamenta María Santana, 62 años, trabajadores de la Municipalidad de Santa Rosa. “Es una cadena que no se termina más”, insiste.

La casa está en la calle Toay al 2.100, entre Castex y Hucal.

La mujer está de vacaciones y pensaba viajar a la playa, pero en este escenario tiene serias dudas sobre dejar sola su propiedad. Ni siquiera las constantes alertas a la Policía son solución en contra de los permanentes ataques.

“Me tiran ladrillos a las ventanas, cortan las puertas, hacen toda clase de molestias”, describe.

“Todo se potenció cuando una vez les dijimos que no molestaran a la noche, porque era tarde, y no pararon nunca más. Las ventanas del dormitorio dan a la vereda... Empezaron a tirar piedras, a molestar, se sientan todo el tiempo en la vereda, hasta la madrugada... Yo pienso que es eso nada más. No es que hemos peleado ni nada por el estilo”, apunta la mujer en la charla con El Diario.

En los últimos tiempos, “forzaron las ventana, rompieron vidrios, tiraron ladrillos en la puerta del frente, rompieron el cerámico”.

Dice que “a algunos los tengo identificados, es un grupo de más de 20 chicos, que se juntan acá enfrente. No me molesta que estén sentados en la vereda, pero sí que tiren ladrillos, o que golpeen la pared con un fierro”.

Relató lo que ocurrió esta semana. “El lunes a la noche tiraron medio ladrillo a la puerta. Desde adentro parecía como una bomba. Y yo a veces estoy con mis nietos... el miércoles a la tarde me forzaron la ventana que da a la calle Castex, llamé varias veces a la Policía pero no venían. Me dijeron que me quedara tranquila que los iban a identificar, pasaron después 2 o 3 veces y dicen que hablaron con ellos”.

La mujer se tuvo que ir de su casa, a cuidar un nieto. “El oficial me dijo que me quedara tranquila, pero al irme me encontré con todo esto (el tapial derribado, la reja rota). No se puede vivir. Entré en una crisis de nervios terrible”.

“Volví a hablar con la Policía, estuvieron, sacaron fotos, también hablamos en Fiscalía, se agruparon las varias denuncias que habían. Algunos son mayores. También lo saben los otros vecinos”, completa, con la ilusión de que algún día la pesadilla llegue a su fin.

 

El Diario LP