Santa Rosa | Víctima de violencia de género pide solución
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2014/01/santa-rosa-victima-de-violencia-de.html
Estuvo tres años y medio en pareja, y ahora vive recorriendo dependencias policiales y judiciales buscando una solución para ella y su hijo. Apunta contra la jueza Gabriela Manera (foto). El acusado es piloto del avión de la provincia.(Foto: El Diario LP)
Yanina Daniela Álvarez lleva dos años separada del padre de su hijo. Estuvieron juntos tres años y medio, y desde los últimos doce meses de esa relación hasta hoy se la ha pasado desfilando por comisarías y oficinas judiciales, realizando denuncias y exposiciones ante las distintas situaciones de violencia de género que ha tenido que soportar por parte de su expareja.
“La violencia verbal comenzó a los tres meses del embarazo. Con el nacimiento del nene, se acrecentó todo”, le contó a El Diario. Con una orden de restricción de 200 metros que su expareja no respeta, según aduce, hoy quiere terminar con esta situación donde no encuentra respuestas de las autoridades que han intervenido en el caso.
“Ante la jueza de Familia y Menores (Gabriela Manera) me sentí humillada, denigrada. No me aceptó ninguna documentación que le llevé”, aseguró. Ella asegura que su ex goza de protección porque se desempeña como piloto del avión de la provincia y desde ese lugar “tiene contactos”. También, porque es hijo de un funcionario judicial de larga carrera.
Violencia
Su hijo tenía un año y tres meses cuando se separaron. Para ese momento, asegura que la violencia ya era física. “Había golpes, agarrones del cuello, insultos, infidelidades. Me hechó de mi casa, un departamento de la calle Padre Buodo que se lo dio la provincia. Fue en diciembe del 2011. Hubo una discusión, me agarró de los pelos, se quedó con la llave y con el nene. Esa vez hice una exposición en la Seccional Primera y estuve dando vueltas hasta que me entregaron el nene”, relata.
A partir de ese momento comenzó una larga lucha judicial. “Nunca hubo acuerdo hasta que la jueza puso un régimen de visitas que él nunca cumplió. Todas las faltas la jueza las toma como excepciones por su trabajo”, indicó.
La imposición de la restricción llegó tras un incidente en diciembre de 2012. “El nene había estado el sábado con él, lo llevó el domingo y cuando lo dejó yo cerré la puerta enseguida porque ya no lo quería ver. Pateó la puerta, entró, me golpeó, me insultó y todo delante del nene. La jueza impuso una restricción para los dos, pero después la levantó para el nene. Él nunca la respetó”, asegura.
Así, cuenta que suele dar vueltas por las inmediaciones de la casa donde vive ahora. También son habituales los insultos por mensajes de texto y amenazas. “También se queda en la esquina del jardín donde va el nene, o me espera en la puerta o me sigue cuando me voy en el taxi. Nunca respetó la restricción”, relata Yanina.
Hace algunas semanas, previo a las fiestas, Yanina pidió una audiencia con la jueza para acordar un régimen de visitas “porque el que estaba lo respetaba cuando quería”. Ella fue con su abogado pero idió no estar presente en la audiencia con su ex. “La jueza me lo impuso, y yo después de 3 horas de audiencia estaba muy nerviosa. Terminé firmando algo con lo que no estaba demasiado de acuerdo porque quería terminar”, aseguró.
Él hizo una presentación el 24 de diciembre, asegurando que ella había cometido una infracción porque no le llevó a su hijo en persona sino que lo hizo su hermano. A partir de allí, tomó la decisión de denunciar cada una de las faltas que asegura él comete al régimen de visitas y a las restricciones.
Solución
El viernes estuvo en la Comisaría de la Mujer, exponiendo su situación y buscando una solución definitiva al problema. “Recién ayer sentí que alguien me daba una mano, estuve hablando con el equipo técnico y me recomendaron que el lunes vaya a ver al fiscal Gastón Boulenaz”, adelantó.
“Quiero tranquilidad para vivir con mi hijo, no puedo vivir tranquila ni para cruzar la calle. Quiero que se aleje de mí. En su momento seguí adelante con la relación por el nene, pero se hizo insostenible. Tampoco es vida para mí tener que andar con estas cosas y con el nene todo el tiempo”, asegura.
Se la nota cansada por situación. Y pide “que se acabe porque ya no doy más, son dos años separada y todavía lo tengo encima”.
Yanina Daniela Álvarez lleva dos años separada del padre de su hijo. Estuvieron juntos tres años y medio, y desde los últimos doce meses de esa relación hasta hoy se la ha pasado desfilando por comisarías y oficinas judiciales, realizando denuncias y exposiciones ante las distintas situaciones de violencia de género que ha tenido que soportar por parte de su expareja.
“La violencia verbal comenzó a los tres meses del embarazo. Con el nacimiento del nene, se acrecentó todo”, le contó a El Diario. Con una orden de restricción de 200 metros que su expareja no respeta, según aduce, hoy quiere terminar con esta situación donde no encuentra respuestas de las autoridades que han intervenido en el caso.
“Ante la jueza de Familia y Menores (Gabriela Manera) me sentí humillada, denigrada. No me aceptó ninguna documentación que le llevé”, aseguró. Ella asegura que su ex goza de protección porque se desempeña como piloto del avión de la provincia y desde ese lugar “tiene contactos”. También, porque es hijo de un funcionario judicial de larga carrera.
Violencia
Su hijo tenía un año y tres meses cuando se separaron. Para ese momento, asegura que la violencia ya era física. “Había golpes, agarrones del cuello, insultos, infidelidades. Me hechó de mi casa, un departamento de la calle Padre Buodo que se lo dio la provincia. Fue en diciembe del 2011. Hubo una discusión, me agarró de los pelos, se quedó con la llave y con el nene. Esa vez hice una exposición en la Seccional Primera y estuve dando vueltas hasta que me entregaron el nene”, relata.
A partir de ese momento comenzó una larga lucha judicial. “Nunca hubo acuerdo hasta que la jueza puso un régimen de visitas que él nunca cumplió. Todas las faltas la jueza las toma como excepciones por su trabajo”, indicó.
La imposición de la restricción llegó tras un incidente en diciembre de 2012. “El nene había estado el sábado con él, lo llevó el domingo y cuando lo dejó yo cerré la puerta enseguida porque ya no lo quería ver. Pateó la puerta, entró, me golpeó, me insultó y todo delante del nene. La jueza impuso una restricción para los dos, pero después la levantó para el nene. Él nunca la respetó”, asegura.
Así, cuenta que suele dar vueltas por las inmediaciones de la casa donde vive ahora. También son habituales los insultos por mensajes de texto y amenazas. “También se queda en la esquina del jardín donde va el nene, o me espera en la puerta o me sigue cuando me voy en el taxi. Nunca respetó la restricción”, relata Yanina.
Hace algunas semanas, previo a las fiestas, Yanina pidió una audiencia con la jueza para acordar un régimen de visitas “porque el que estaba lo respetaba cuando quería”. Ella fue con su abogado pero idió no estar presente en la audiencia con su ex. “La jueza me lo impuso, y yo después de 3 horas de audiencia estaba muy nerviosa. Terminé firmando algo con lo que no estaba demasiado de acuerdo porque quería terminar”, aseguró.
Él hizo una presentación el 24 de diciembre, asegurando que ella había cometido una infracción porque no le llevó a su hijo en persona sino que lo hizo su hermano. A partir de allí, tomó la decisión de denunciar cada una de las faltas que asegura él comete al régimen de visitas y a las restricciones.
Solución
El viernes estuvo en la Comisaría de la Mujer, exponiendo su situación y buscando una solución definitiva al problema. “Recién ayer sentí que alguien me daba una mano, estuve hablando con el equipo técnico y me recomendaron que el lunes vaya a ver al fiscal Gastón Boulenaz”, adelantó.
“Quiero tranquilidad para vivir con mi hijo, no puedo vivir tranquila ni para cruzar la calle. Quiero que se aleje de mí. En su momento seguí adelante con la relación por el nene, pero se hizo insostenible. Tampoco es vida para mí tener que andar con estas cosas y con el nene todo el tiempo”, asegura.
Se la nota cansada por situación. Y pide “que se acabe porque ya no doy más, son dos años separada y todavía lo tengo encima”.
El Diario LP
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