Trenel | Violencia de género "estoy viva de casualidad", dijo una joven golpeada

Fabiola Ballari hizo, entre llantos, un estremecedor relato de lo que sufrió. Su novio la agredió de manera salvaje. Tras una furibunda golpiza pudo huir desnuda hasta lo de unos vecinos. Tiene lesiones graves y cree que intentó matarla a golpes. El agresor quedó libre. "No quiero terminar como Carla Figueroa", dijo la mujer.

Una joven de Trenel denunció ante la Policía que fue salvajemente golpeada por su pareja en la vivienda que comparten en esa localidad. “Estoy viva de casualidad”, afirmó la presunta víctima en dialogo con un medio televisivo y luego se quejó porque rápidamente el joven, de 21 años de edad, recuperó la libertad, por lo que teme terminar “muerta, como pasó con Carla Figueroa”. Contó que esta no fue la primera vez en la que su concubino la golpea y señaló que él “nunca se arrepentía” de lo que hacía.

Fabiola Ballari se cansó de los maltratos a los que presuntamente la sometía su pareja, por lo que contó la difícil situación que le tocó el pasado viernes. Lo relató en “En Boca de Todos”, programa televisivo que se trasmite en General Pico.

Relató que todo comenzó el sábado 8 de este mes, cuando ambos paseaban por las calles de Trenel en compañía de la hija de ella. Dijo que notó callado y distante a su novio, por lo que discutieron.

Luego el muchacho supuestamente se apartó y se dirigió con un amigo a la cantina, donde compró alcohol y comenzó a beber. Tras algunos minutos Fabiola se fue con su hija a la casaquinta donde conviven desde hace aproximadamente un año.

Al poco tiempo llegó el joven, quien tomó ropa y más bebidas alcohólicas, las puso en una mochila y se fue en la moto que comparten junto a su amigo, presuntamente al establecimiento rural donde trabaja.

Señaló que el domingo hizo su vida normal y no tuvo contacto con él, ya que su celular estaba roto. Por la tarde el muchacho se llevó a su hija sin permiso hasta la casa de unos vecinos ubicadas a pocos metros, donde festejaban un cumpleaños. Pese a que observó la situación y le gritó que trajera a la menor de vuelta a la vivienda, el denunciado dejó a la niña y regresó solo a su hogar.

Una vez de regreso, cerca de las 18:45 horas, colocó música alta y se dirigió a la habitación donde se encontraba la víctima.

Calvario

En ese contexto Ballari señaló que comenzaron las agresiones. “Empezó a golpearme de la nada, no fue una pelea doméstica porque no me pidió explicaciones de nada, yo no hablé de nada”, sostuvo.

“Empezó a pegarme piñas en la cara”, dijo la denunciante y agregó que “cuando le dije que iba a llamar a la Policía siguió golpeándome, eso pasó en el comedor”. Precisó que su teléfono no solo no funcionaba bien, sino que además era el que proveía la música al equipo de audio al que estaba conectado, por lo que no podía alcanzarlo.

“Tiene mucha espalda, muchos brazos, tiene mucha fuerza y no podía sacármelo de encima”, afirmó Fabiola, quien se quebró al contar que intentó escaparse y “cuando salgo corriendo afuera me tira al piso, me revuelca por todos lados y me entra de los pelos pateándome. Yo me hacia la muerta para que dejara de golpearme, pero me siguió pateando. Me cubro con la mano ­-señala la izquierda-, que la tengo quebrada en varias partes, las patadas fueron en todo mi cuerpo”.

Luego “como me había revolcado por toda la tierra él me dice que me vaya a bañar, así que me desnuda, me mete al agua fría y sigue golpeándome”. En esa situación el muchacho le habría dado “la cabeza contra los azulejos y no me golpee con la canilla de casualidad. Me agache por miedo a resbalarme, porque pensé que me mataba ahí”.

Ante la consulta de un colega sobre si realmente pensaba que podía su pareja llegar a quitarle la vida, no dudo en afirmar que “sí, me iba a matar”.

Sin explicación

Ballari sostuvo que no encuentra explicación alguna para tamaña reacción. “El me decía que las mujeres como yo, insinuando que era una puta, tenían que estar muertas, que me iba a matar, que él me iba a enseñar a respetarlo”, relató.

La violencia no se detuvo en ese momento ya que la joven intentó salir de la ducha y fue ahí cuando “me manotea de los pelos y cuando quise salir afuera, porque está ahí nomas la salida, me mando a la habitación”.

“Sigue golpeándome, yo me arrinconé en ese momento, estaba media noqueada, me siguió dando todos los golpes en la cabeza, mi cabeza iba contra el ropero y pared y yo le decía que por favor me soltara, porque me iba a matar, que no me pagara más porque una patada más y me mataba”, manifestó.

Precisó que “si me agachaba me daba en el estómago, sentía que me iba a desmayar. Entonces le pido por favor que me dejara acostarme, que ya no daba más. Yo le pedía perdón, pero sin saber de qué, solamente para que me largara, que dejara de pegarme”.

Posteriormente “subo a la cama de dos plazas que está contra la pared, me siento y me apoyo contra la pared y él me sigue golpeando en la cara y mi cabeza da contra la pared, mi cara estaba muy hinchada”.

Dijo que para escapar “como él estaba muy borracho y no se podía sostener, yo esperé que se acomodara bien arriba de la cama e intento correrlo y cuando corrí manotee un toallón y salí para afuera corriendo y no paré hasta lo de los vecinos”.

“Yo estaba desnuda y toda golpeada. Ellos me socorrieron ­-por los vecinos-, estaba mi hija pero no me vio, pase entre toda la gente desnuda -nuevamente rompe en llanto-, humillada obviamente, desesperada y con miedo, si saber que él venía detrás de mí corriendo, estaba encarnizado, decidido a todo”, consideró.

Una vez dentro de la casa fueron las mujeres las encargadas de esconder a la joven. “Me meten en una habitación y como venia él cerraron todo con llave, porque quería entrar a la casa. Los hombres lo detuvieron afuera y llamaron a los padres para que lo vinieran a buscar, tranquilizarlo y demás, así que se lo llevaron”. El fin del calvario llegó recién aproximadamente a las 19:30 horas.

Sobre sus hasta entonces suegros contó molesta que “dijeron que lo iban a llevar a la comisaria pero lo escondieron en su casa”.

Atención y denuncia

Tras ser retirado el violento, Fabiola contó que se quedó “ahí, sin ropa, sin nada, los vecinos me auxiliaron, me cambie y fui al hospital. Tengo todo registrado, me hicieron un certificado médico y como tenia lesiones tan graves me derivaron a Pico, con un cuello ortopédico”.

Detallo que sufrió “la quebradura en la muñeca” y que por los golpes en la cabeza tiene “politraumatismos de cráneo”. Eso sumado a contusiones y escoriaciones visibles en su cuerpo.

“El médico forense de acá ­-por General Pico- también me vio, porque de acá me derivaron a la Policía de la mujer (Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia)”.

“Estoy viva de casualidad”, sostuvo Fabiola Ballari y luego se quejó porque “fui e hice la denuncia, firme todos los papeles y ya está libre”. Contó que su pareja solo estuvo detenido “dos o tres días, nada más”, pese a que caratularon las actuaciones como “lesiones graves”.

En cambio él “no va a tener ni una marca, porque yo no me pude defender con nada”.

Tanto ella como el muchacho, obviamente por caminos separados, regresaron a Trenel donde “él está muy tranquilo mientras yo tengo que estar acá escondida”. Inclusive “cambie teléfono, todo, y no tuve más contacto con él, pero tendría que estar preso con todas las cosas que hizo”.

Reconoció la muchacha que, si bien su novio no tiene antecedentes, sí existieron previamente maltratos físicos “pero no así como ahora”. Aseguró “lo más triste es que él nunca se arrepentía” y que ella lo perdonaba porque “pensé que iba a cambiar”.

La presunta víctima dijo que su deseo es “que esté preso” y  agradeció a Dios por poder contar lo ocurrido. “Espero que no estar hoy en el canal y la semana que viene muerta, como paso con Carla Figueroa. Lo que más me preocupa es que ande libre en la calle como si nada”, dijo preocupada y afirmó que teme por su vida.

El Diario LP