Un emotivo adiós para "Farsantes" en su capítulo final
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Un abrazo entre Julio Chávez y Benjamín Vicuña, dos personajes claves de la tira "Farsantes" (El Trece), selló su final anoche, alcanzando un promedio de 12.3 puntos de rating, durante una emisión con guiños cómplices para una audiencia fiel a esta historia, que comenzó en junio de 2013.
"Pasaron cosas y la vida sigue", afirma Chávez en la piel del abogado Guillermo Graciani, soberbio protagonista del programa, mientras arregla papeles en su estudio y acaricia con los ojos a su interlocutora, Gabriela (Griselda Siciliani), colega y heredera dilecta en la profesión, una entrañable composición de la actriz.
Las miradas, los gestos breves y los silencios construyeron una despedida real y posible para el envío que despertó pasiones en el público, soportó cambios en el elenco -dos de sus protagonistas, Vicuña y Facundo Arana abandonaron la tira- y alteraciones en los horarios de emisión.
Deslizándose por una suave melancolía, los abogados fueron sanando sus heridas y pudo verse a la estupenda Ana (Ingrid Pelicori) recuperada del alcoholismo compartiendo la cena con su nuera embarazada, la bella Carla Quevedo, su hijo Fabián (Chino Darín), quien tuvo escenas conmovedoras con Chávez durante las diferentes emisiones .
Esta historia escrita por Mario Segade y Carolina Aguirre mostró las contradicciones, los miedos y las grandezas de un grupo de profesionales de la ley, cuyas vidas privadas se arrastraban -en muchas ocasiones- por los márgenes de la misma.
La historia de amor -que logró trascender la muerte- entre Graciani y Pedro (Vicuña) conmovió durante el año, y ayer el público logró reencontrarse con ambos aunque sea por un ratito, ya que el delicado trabajo de Vicuña había finalizado abruptamente, cuando el actor chileno dejó el programa para desconsuelo de los devotos televidentes.
Y como los sentimientos parecen edificarse a partir de lo fugaz, Gaby (Siciliani) apostó a esperar a Beto (Arana), quien según los vaivenes de este cuento está en prisión desde hace tiempo próximo a salir, pero sin haberle dado señales a su amada durante el tiempo del encierro.
"Vos sos una quilombera", la frase de Chávez a Siciliani, en una escena decisiva, devino sentencia y logró que la inhibida -y a la vez valiente- Gaby dejara la seguridad de un novio todo terreno, un impecable Esteban Lamothe, para mostrar su esencia y entregarse a la incertidumbre del amor.
Otra de las parejas memorables del programa, integrada por Alfredo Casero y Vivian El Jaber, dupla que ya fue antológica en el programa humorístico "Cha cha cha"- terminan más unidos que nunca, soberbios y divertidos en sus interpretaciones, siempre junto a su hija Solange, una eficaz María Luján Lamas, debutante en las huestes televisivas, siempre ataviada con moños y vestiditos.
Este relato se sostuvo en un gran trabajo de actores como Leonor Manso, Julieta Zylberberg, quien hizo crecer a su Sonia, amiga especial de Siciliani alcanzando momentos desopilantes y conmovedores, Mario Pasik, Edda Díaz, Guillermo Pfening, Pablo Cedrón y tantos otros.
La mirada de Daniel Barone -junto a Jorge Bechara y Lucas Gil- aportó nuevamente una comprensión sensible de los conflictos y un ritmo narrativo que potenciaron la tarea actoral, ayudando a que -por momentos- las fronteras entre televisión y teatro desaparecieran.
Julio Chávez, este actor enorme de la escena nacional, lideró el envío y hasta el último instante del capítulo final iluminó las escenas a puro talento.
Dentro de este registro de gran calidad, se dió ayer el guiño de ojos entre el protagonista y Siciliani, dos personajes atravesados por la fatalidad del amor, un gesto que regaló al público la complicidad necesaria para una buena despedida.
La mirada entre melancólica y esperanzada de Chávez pareció entonces fundirse con la canción "Amores imposibles" de Ismael Serrano, cuya letra dice: "Miran al cielo y piden un deseo, contigo la noche más bella, amores imposibles", mientras un telón imaginario coronaba la función de despedida, sabiendo que mucha gente los va extrañar cada noche. Y mucho.
"Pasaron cosas y la vida sigue", afirma Chávez en la piel del abogado Guillermo Graciani, soberbio protagonista del programa, mientras arregla papeles en su estudio y acaricia con los ojos a su interlocutora, Gabriela (Griselda Siciliani), colega y heredera dilecta en la profesión, una entrañable composición de la actriz.
Las miradas, los gestos breves y los silencios construyeron una despedida real y posible para el envío que despertó pasiones en el público, soportó cambios en el elenco -dos de sus protagonistas, Vicuña y Facundo Arana abandonaron la tira- y alteraciones en los horarios de emisión.
Deslizándose por una suave melancolía, los abogados fueron sanando sus heridas y pudo verse a la estupenda Ana (Ingrid Pelicori) recuperada del alcoholismo compartiendo la cena con su nuera embarazada, la bella Carla Quevedo, su hijo Fabián (Chino Darín), quien tuvo escenas conmovedoras con Chávez durante las diferentes emisiones .
Esta historia escrita por Mario Segade y Carolina Aguirre mostró las contradicciones, los miedos y las grandezas de un grupo de profesionales de la ley, cuyas vidas privadas se arrastraban -en muchas ocasiones- por los márgenes de la misma.
La historia de amor -que logró trascender la muerte- entre Graciani y Pedro (Vicuña) conmovió durante el año, y ayer el público logró reencontrarse con ambos aunque sea por un ratito, ya que el delicado trabajo de Vicuña había finalizado abruptamente, cuando el actor chileno dejó el programa para desconsuelo de los devotos televidentes.
Y como los sentimientos parecen edificarse a partir de lo fugaz, Gaby (Siciliani) apostó a esperar a Beto (Arana), quien según los vaivenes de este cuento está en prisión desde hace tiempo próximo a salir, pero sin haberle dado señales a su amada durante el tiempo del encierro.
"Vos sos una quilombera", la frase de Chávez a Siciliani, en una escena decisiva, devino sentencia y logró que la inhibida -y a la vez valiente- Gaby dejara la seguridad de un novio todo terreno, un impecable Esteban Lamothe, para mostrar su esencia y entregarse a la incertidumbre del amor.
Otra de las parejas memorables del programa, integrada por Alfredo Casero y Vivian El Jaber, dupla que ya fue antológica en el programa humorístico "Cha cha cha"- terminan más unidos que nunca, soberbios y divertidos en sus interpretaciones, siempre junto a su hija Solange, una eficaz María Luján Lamas, debutante en las huestes televisivas, siempre ataviada con moños y vestiditos.
Este relato se sostuvo en un gran trabajo de actores como Leonor Manso, Julieta Zylberberg, quien hizo crecer a su Sonia, amiga especial de Siciliani alcanzando momentos desopilantes y conmovedores, Mario Pasik, Edda Díaz, Guillermo Pfening, Pablo Cedrón y tantos otros.
La mirada de Daniel Barone -junto a Jorge Bechara y Lucas Gil- aportó nuevamente una comprensión sensible de los conflictos y un ritmo narrativo que potenciaron la tarea actoral, ayudando a que -por momentos- las fronteras entre televisión y teatro desaparecieran.
Julio Chávez, este actor enorme de la escena nacional, lideró el envío y hasta el último instante del capítulo final iluminó las escenas a puro talento.
Dentro de este registro de gran calidad, se dió ayer el guiño de ojos entre el protagonista y Siciliani, dos personajes atravesados por la fatalidad del amor, un gesto que regaló al público la complicidad necesaria para una buena despedida.
La mirada entre melancólica y esperanzada de Chávez pareció entonces fundirse con la canción "Amores imposibles" de Ismael Serrano, cuya letra dice: "Miran al cielo y piden un deseo, contigo la noche más bella, amores imposibles", mientras un telón imaginario coronaba la función de despedida, sabiendo que mucha gente los va extrañar cada noche. Y mucho.
Télam
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