Gral.Pico | Reclamó con su caballo en tribunales piquenses
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Pedro Frías, cansado de que le faenen animales y molesto porque fue víctima de una estafa, fue a reclamar soluciones a la Fiscalía, donde fue recibido y no obtuvo las respuestas esperadas. (Foto: El Diario LP)
Días atrás le secuestraron un caballo y se lo entregaron a un cliente suyo, quien según él nunca le pagó el entrenamiento del animal y los gastos de mantención.
Luego de recorrer varios medios radiales locales contando la estafa de la que presuntamente fue víctima, Pedro Frías partió desde FM Radiofónica, ubicada en calles 13 y 26, hacia el Palacio de Tribunales, con un movilero de otra emisora realizando una nota en vivo.
El hombre, de 62 años y con las costumbres a flor de piel, recorría la calle 13 hacia la 22, ante la mirada de transeúntes y automovilistas, que pasaban a su lado y no comprendían lo que ocurría. Poco a poco se sumaron los fotógrafos que inmortalizaron el recorrido en reclamo de justicia, que finalizó en calle 22 entre 11 y 9, donde funcionan los Tribunales piquenses.
Allí llegó Pedro, con sus botas de cuero, bombacha de campo, camisa, pañuelo, poncho, sombrero y una vida dedicada a mantener viva la tradición gauchesca, no solo desde la vestimenta, si no desde la actitud y la forma de vida. Inclusive es habitué de actividades culturales junto a sus mansos equinos, a los que también ha puesto a disposición de lugares como la Escuela Especial, a la que ha acudido cada vez que se lo convocó.
Visiblemente ofuscado, pero sin perder los estribos y manteniendo siempre el respeto, el hombre contó a los cronistas presentes el motivo de su arribo al edificio del Poder Judicial. Para ese entonces había un marco importante de curiosos que se detenían a escuchar su palabra y a tomarle alguna que otra foto. Inclusive fueron varios lo que pasaron por el lugar y arrojaron gritos de arenga para “el paisano”, quien agradeció en todo momento el apoyo de la gente y el interés de la prensa.
Luego de recorrer varios medios radiales locales contando la estafa de la que presuntamente fue víctima, Pedro Frías partió desde FM Radiofónica, ubicada en calles 13 y 26, hacia el Palacio de Tribunales, con un movilero de otra emisora realizando una nota en vivo.
El hombre, de 62 años y con las costumbres a flor de piel, recorría la calle 13 hacia la 22, ante la mirada de transeúntes y automovilistas, que pasaban a su lado y no comprendían lo que ocurría. Poco a poco se sumaron los fotógrafos que inmortalizaron el recorrido en reclamo de justicia, que finalizó en calle 22 entre 11 y 9, donde funcionan los Tribunales piquenses.
Allí llegó Pedro, con sus botas de cuero, bombacha de campo, camisa, pañuelo, poncho, sombrero y una vida dedicada a mantener viva la tradición gauchesca, no solo desde la vestimenta, si no desde la actitud y la forma de vida. Inclusive es habitué de actividades culturales junto a sus mansos equinos, a los que también ha puesto a disposición de lugares como la Escuela Especial, a la que ha acudido cada vez que se lo convocó.
Visiblemente ofuscado, pero sin perder los estribos y manteniendo siempre el respeto, el hombre contó a los cronistas presentes el motivo de su arribo al edificio del Poder Judicial. Para ese entonces había un marco importante de curiosos que se detenían a escuchar su palabra y a tomarle alguna que otra foto. Inclusive fueron varios lo que pasaron por el lugar y arrojaron gritos de arenga para “el paisano”, quien agradeció en todo momento el apoyo de la gente y el interés de la prensa.
Reclamo
Según relató el ciudadano piquense, hace unos 4 años, por encargo de un jefe militar local retirado de apellido Gutiérrez, comenzó a domar un caballo que le fue entregado para tal fin. Además del costo obvio que tiene su difícil trabajo, del que ha vivido toda su vida, el paisano invirtió en comida y cuidados médicos para el animal, ya que esta persona nunca le habría acercado ningún insumo.
En un momento dado Frías enfermó por lo que le entregó anticipadamente el caballo a esta persona para que lo llevara al “Fortín”. Cuando se recuperó fue llamado por el cliente, fue a buscarlo para completar el adiestramiento y se encontró con el animal lastimado en varias partes e inclusive con heridas en las que había gusanos.
Pedro llamó a su cliente y le informó lo que ocurrió, pero este nunca apareció a ver al caballo. Si se presentó semanas atrás, pero para poner en duda los dichos del domador, quien se molestó y le exigió que se lo lleve y le pague.
Ante esto el militar habría aceptado llevarse el caballo, pero sin abonarlo en ese momento, algo que no fue aceptado por el trabajador, quien se dirigió a la Justicia y denunció lo sucedido. Nunca recibió novedades, hasta que semanas atrás fue el Teniente Coronel (R) Gutiérrez quien lo denunció.
Aproximadamente una semana atrás personal policial se presentó en el pequeño predio donde el entrevistado vive junto a su mujer y sus hijos, ubicado detrás del Parque Apícola. Los uniformados fueron con una orden judicial y secuestraron al caballo domado. De esta forma Pedro Frías se quedó sin el equino y sin el dinero que le correspondía.
Abigeato
Si bien este fue el disparador, no fue único motivo para reclamar que tuvo el hombre, que viste, siente y vive como un verdadero gaucho.
Unos 10 años atrás fue víctima de la inseguridad, cuando descubrió a desconocidos carneándole un animal. Visiblemente afectado, el vecino piquense contó el cruento cuadro con el que se encontró: el caballo aún vivo, ensangrentado y ya sin sus cuartos, cortados con cuchillos.
Fue él quien capturó y entregó en ese mismo momento a los ladrones, menores de edad, pero nunca obtuvo respuestas de la Justicia, aseguró.
Luego relato que el año pasado una potranca suya fue encerrada en otro predio rural por una persona de apellido Cavalotto, quien aseguraba que lo hizo porque era igual a una que le robaron. Por ello el paisano radicó la correspondiente denuncia en la Comisaría Segunda.
A partir de allí comenzó una disputa judicial, donde persona enviado por la justicia local en un primer momento determinó que el animal le pertenecía al denunciado, ya que no “mamaba” de su madre, que aún continuaba en poder de Frías. El hombre aseguró que luego le llevó videos al fiscal Alejandro Gilardenghi donde se veía que el pequeño animal si respondía ante su madre, por lo que el investigador le habría prometido que la situación se resolvería pronto.
Los días pasaron y cuando Frías fue a ver a la potranca, se encontró solo con los restos, ya que la habían carneado. Luego de eso debió esperar para tratar de recuperar a la madre, pero cuando le dieron la orden ese animal tampoco estaba.
Fiscalía
Luego del dialogo con la prensa, Pedro Frías dejó atada a su yegua junto a la escalera de ingreso al Palacio de Tribunales de General Pico. Luego fue escoltado por policías al interior del edificio, donde se le preguntó si llevaba algún elemento cortante. Como es tradición, el hombre portaba su cuchillo, el cual entregó voluntariamente y sin ningún tipo de problema.
Posteriormente se dirigió al primer piso, donde fue atendido en la mesa de entrada de la Fiscalía de la Primera Circunscripción Judicial. Tras esperar algunos minutos fue llamado y estuvo reunido con personal de dicha dependencia.
Al salir dialogó nuevamente con El Diario y afirmó que, si bien fue atendido de forma muy amable, no obtuvo ninguna respuesta en concreto sobre los reclamos que planteó.
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(Foto: El Diario LP)
(Foto: El Diario LP)
(Foto: El Diario LP)
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(Foto: El Diario LP)
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