Santa Rosa | “Blanquita” ya tiene casa

La perra que el 27 de febrero sufrió lesiones durante una manifestación se recuperó favorablemente, aunque quedó con una disminución auditiva. Fue adoptada por Luisina, una empleada de Tránsito. (Foto: El Diario LP)

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“Blanquita”, la perra que el pasado 27 de febrero sufrió serias lesiones cuando durante una manifestación le explotó en la cara un artefacto de pirotecnia, se recupera favorablemente y ya tiene un nuevo hogar: Luisina, una mujer que siguió de cerca su evolución y se encariñó con ella, le dio cobijo en su casa. Es empleada del área de Tránsito.

Así lo confirmaron ayer desde la Asociación Protectora de Animales (APANI), cuya dirigencia a su vez reclamó formalmente que la Municipalidad controle que no se haga un uso indebido de pirotecnia. Una demanda de ese tipo se extendió a las conduciones sindicales, comentó Rita Soublé, presidenta de APANI.

Luisina empezó a acercarse al predio de APANI para seguir de cerca a la perra “Blanquita”. Fue la misma vecina que se preocupó desde un primer momento. Decidió primero hacerse cargo de los costos veterinarios de su recuperación y finalmente la llevó a su hogar.

Las lesiones gravísimas que sufrió en su momento derivaron en una denuncia formal de APANI contra el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM).

La bomba de estruendo que afectó a la perra fue arrojada durante una protesta de los empleados del área de Tránsito de la comuna.

El hecho ocurrió el jueves 27 de febrero: uno de los manifestantes arrojó una bomba de estruendo, la perra se acercó a la pirotecnia y le explotó en la boca.

APANI decidió militar el tema. En las próximas horas formalizará un pedido a la Intersindical de estatales para que no se usen pirotecnia y bombas de estruendo en las movilizaciones. La misma inquietud fue expuesta ante los concejales de todos los bloques.

“Se pueden producir lesiones de animales y de personas, esto que pasó con Blanquita podría haber pasado con cualquiera”, dijo Rita Soublé.

La dirigente aclaró que respeta la lucha gremial y los reclamos, pero pidió el respeto a la ordenanza vigente que prohibe el uso de bombas y petardos.

La acción se complementó con un pedido para que el Ejecutivo vele por el cumplimiento de esas normativas y se disponga a controlar.

Soublé dijo públicamente, después del episodio de fines del mes pasado, que “hemos tenido un apoyo total de la sociedad, tanto por el hecho de la bomba como por la insensibilidad de las personas que estaban ahí. Si no fuera por algunos periodistas que se quedaron con la perrita y nos avisaron, nadie hacía nada”.

La perra atravesó una dieta líquida, ya que tenía la boca y la lengua quemadas.

El Diario LP