Abuelaish, el médico palestino que convirtió el dolor en esperanza
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2014/05/abuelaish-el-medico-palestino-que.html
Para Izzeldin Abuelaish hubiese sido más fácil rendirse al odio y al dolor después de la muerte de tres de sus hijas en un bombardeo israelí, pero este reconocido médico palestino optó por convertir su historia en "un mensaje de esperanza" para todo el mundo.
Con esta misión llegó a Argentina, donde fue declarado Huésped de Honor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la Feria del Libro, en reconocimiento por su perseverancia en la búsqueda de la paz con Israel.
Abuelaish es un obstetra de 59 años, originario del abarrotado campo de refugiados de Jabalia, en la Franja de Gaza, que estudió en El Cairo, Londres y en la Universidad de Harvard en Boston, y durante años trabajó en hospitales en las ciudades de Beersheva y Tel Aviv, en Israel.
Creció como un refugiado -"Lo que significa que algún día vas a tener un país, vas a ser libre, vas a ser un ser humano completo"-, perdió a su esposa por una leucemia fulminante y un año después, en 2009, vio a tres de sus hijas y a una sobrina morir cuando una bomba cayó sobre su casa en la última invasión israelí a Gaza.
"Durante esas tres semanas, los palestinos sólo fuimos números para el mundo. El mundo miraba. No hizo nada. Cuando yo veo a alguien desangrándose, corro a ayudarlo. Se llama humanidad. Las personas no son sólo números; nunca aceptaré que mis hijas sean sólo números", contó a Télam, sin poder contener sus lágrimas.
"No quiero que nadie viva algo así. Ese día les prometí a mis hijas y a Alá que nunca descansaría ni dejaría de luchar para evitar que su sangre haya sido derramada en vano", agregó el médico, que actualmente trabaja en la Universidad de Toronto, en Canadá.
Por un lado, Abuelaish se prometió a sí mismo luchar por la libertad que sus hijas nunca llegaron a tener y, por otro, comenzó una larga batalla judicial para que el Estado israelí reconociera que la muerte de las tres niñas - Shatha, de 17años, Mayar, de 15, y Aya, de 14- fue un crimen de guerra.
"Empecé un juicio, y porque soy palestino acusando al Estado de Israel, tuve que pagar 20.000 shekels (casi 5.800 dólares) por cada una de mis hijas asesinadas. Lo hice, pero uno no debe pagar para tener justicia. Uno no tiene que luchar para probar que las víctimas son inocentes", aseguró, sin poder sacudirse la emoción.
La causa sigue abierta, pero las fuerzas armadas israelíes ya declararon que la muerte de las tres niñas fue un "daño colateral" en su cruzada para destruir a Hamas, la organización islamista que ganó las elecciones palestinas en 2006 y que gobierna Gaza, región sometida a bloqueo por Israel.
Pese a su dolor y a que los palestinos están más encerrados ahora que cuando él nació, Abuelaish se niega a ser pesimista, a creer que la paz no se puede conseguir y que todo está perdido.
En 2011 escribió "No voy a odiar", un libro que cuenta las dificultades y las tragedias que atravesó y que, según dijo, ofrece un "mensaje de esperanza".
El libro, editado en Argentina por la editorial Kier, será presentado el próximo viernes a las 20.30 en la sala Roberto Arlt de la Feria del Libro. A las 19, Abuelaish estará en el stand de la editorial firmando ejemplares.
"Nuestros peores enemigos son la ignorancia, la arrogancia, la avaricia y el miedo. Es necesario humanizar al otro, en este caso, al palestino", explicó el médico.
A través de su historia personal y "sin asignar culpas", Abuelaish dijo que quiere contar y explicar el sufrimiento palestino para que el mundo entero entienda que "nadie nace violento".
"La violencia se construye, se genera en el otro. Y tenemos que estar atentos porque la violencia nos puede afectar a todos. La violencia cruza fronteras como las enfermedades. Es contagiosa", advirtió el padre, médico e incansable activista palestino.
Télam
Con esta misión llegó a Argentina, donde fue declarado Huésped de Honor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la Feria del Libro, en reconocimiento por su perseverancia en la búsqueda de la paz con Israel.
Creció como un refugiado, perdió a su esposa por una leucemia y un año después vio a tres de sus hijas y a una sobrina morir cuando una bomba cayó sobre su casa
Abuelaish es un obstetra de 59 años, originario del abarrotado campo de refugiados de Jabalia, en la Franja de Gaza, que estudió en El Cairo, Londres y en la Universidad de Harvard en Boston, y durante años trabajó en hospitales en las ciudades de Beersheva y Tel Aviv, en Israel.
Creció como un refugiado -"Lo que significa que algún día vas a tener un país, vas a ser libre, vas a ser un ser humano completo"-, perdió a su esposa por una leucemia fulminante y un año después, en 2009, vio a tres de sus hijas y a una sobrina morir cuando una bomba cayó sobre su casa en la última invasión israelí a Gaza.
"Durante esas tres semanas, los palestinos sólo fuimos números para el mundo. El mundo miraba. No hizo nada. Cuando yo veo a alguien desangrándose, corro a ayudarlo. Se llama humanidad. Las personas no son sólo números; nunca aceptaré que mis hijas sean sólo números", contó a Télam, sin poder contener sus lágrimas.
"No quiero que nadie viva algo así. Ese día les prometí a mis hijas y a Alá que nunca descansaría ni dejaría de luchar para evitar que su sangre haya sido derramada en vano", agregó el médico, que actualmente trabaja en la Universidad de Toronto, en Canadá.
Pese a su dolor y a que los palestinos están más encerrados ahora que cuando él nació, Abuelaish se niega a ser pesimista, a creer que la paz no se puede conseguir y que todo está perdido
Por un lado, Abuelaish se prometió a sí mismo luchar por la libertad que sus hijas nunca llegaron a tener y, por otro, comenzó una larga batalla judicial para que el Estado israelí reconociera que la muerte de las tres niñas - Shatha, de 17años, Mayar, de 15, y Aya, de 14- fue un crimen de guerra.
"Empecé un juicio, y porque soy palestino acusando al Estado de Israel, tuve que pagar 20.000 shekels (casi 5.800 dólares) por cada una de mis hijas asesinadas. Lo hice, pero uno no debe pagar para tener justicia. Uno no tiene que luchar para probar que las víctimas son inocentes", aseguró, sin poder sacudirse la emoción.
La causa sigue abierta, pero las fuerzas armadas israelíes ya declararon que la muerte de las tres niñas fue un "daño colateral" en su cruzada para destruir a Hamas, la organización islamista que ganó las elecciones palestinas en 2006 y que gobierna Gaza, región sometida a bloqueo por Israel.
Pese a su dolor y a que los palestinos están más encerrados ahora que cuando él nació, Abuelaish se niega a ser pesimista, a creer que la paz no se puede conseguir y que todo está perdido.
En 2011 escribió "No voy a odiar", un libro que cuenta las dificultades y las tragedias que atravesó y que, según dijo, ofrece un "mensaje de esperanza".
El libro, editado en Argentina por la editorial Kier, será presentado el próximo viernes a las 20.30 en la sala Roberto Arlt de la Feria del Libro. A las 19, Abuelaish estará en el stand de la editorial firmando ejemplares.
"Nuestros peores enemigos son la ignorancia, la arrogancia, la avaricia y el miedo. Es necesario humanizar al otro, en este caso, al palestino", explicó el médico.
A través de su historia personal y "sin asignar culpas", Abuelaish dijo que quiere contar y explicar el sufrimiento palestino para que el mundo entero entienda que "nadie nace violento".
"La violencia se construye, se genera en el otro. Y tenemos que estar atentos porque la violencia nos puede afectar a todos. La violencia cruza fronteras como las enfermedades. Es contagiosa", advirtió el padre, médico e incansable activista palestino.
Télam
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments