Caso Fuentes Cabal | El fiscal confirmó que querían matar a Ros por una cuenta pendiente
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El fiscal Fernando Rivarola confirmó que se avanza en la hipótesis de un delito por encargo. Había una "cuenta pendiente" entre uno de los detenidos, Carlos Luján Sosa, y el comerciante Eduardo Ros. (Foto Archivo)
Seguí el Caso Fuentes Cabal
El funcionario aclaró que el primer disparó lo recibió Ros y luego asesinaron a la mujer, Griselda Cabal. Después del mediodía, comenzaron las indagatorias de los imputados. Soria confesó y complicó aun más a los otros dos acusados.
El fiscal Fernando Rivarola confirmó al medio local El Diario que el móvil del ataque al comerciante Eduardo Ros y a su pareja, Griselda Cabal, fue "una deuda pendiente” del comerciante con uno de los imputados, Carlos Luján Sosa. El funcionario judicial dijo que le tomó declaración a Ros en el hospital el jueves por la tarde pero este no pudo ofrecer demasiados detalles por el estado de salud. Indagan a los tres imputados. Soria, el primer detenido, confesó el hecho y complicó a los otros dos acusados, Sosa y Diego "Coco" López, según informaron fuentes extraoficiales.
“En realidad, no tengo mucho más de lo que ya salió en los medios. Se detuvo a (Diego “Coco”) López y estamos haciendo pericias sobre el automotor y sobre los celulares. En realidad, no hay más”, dijo Rivarola este viernes, al mediodía. Unos minutos después, el juez de Control, Daniel Ralli, dictó el secreto del sumario durante diez días.
-¿El círculo está cerrado sobre los tres detenidos?
-En principio, están estas tres personas.
-¿El móvil es un ajuste de cuentas por una deuda?
-En realidad, podría ser eso. Yo mantengo las dos hipótesis... también la del robo, hasta que no hable con Ros. El declaró, pero casi no podía hablar, muy poco. Contó como ingresó en el la camioneta y qué pasó... nada más. Otros detalles no pudo contar.
-¿Volverá a tomarle declaración?
-Lo vamos a tener que entrevistar otra vez. Fui más que nada a ver el estado de saud. Los médicos dijeron que está fuera de peligro. Tiene una disparo en la nariz, un orificio de entrada que sale por el otro lado.
-¿Está confirmado quién recibió el primer disparo?
-Él, él recibe primero el disparo.
-¿La deuda corresponde a una supuesta actividad como prestamistas?
-Realmente, eso lo desconozco. Es lo que habla la calle. Realmente no lo sé. Tengo que hablar con el damnificado. Conozco que tiene “La Cocina“, pero nada más.
Rivarola indaga a los tres detenidos por el crimen de Villa Martita desde poco después del mediodía de este viernes. El fiscal consolida la hipótesis de un delito por encargo a partir de una “deuda pendiente” que tenía el comerciante Eduardo Ros con uno de los principales acusados. Los pesquisas policiales manejan el dato que Sosa y Ros eran prestamistas y allí surgió una diferencia. También mencionan que a los sicarios encargados del crimen les habrían ofrecido 30 mil pesos.
El funcionario judicial confirmó que el asesinato de la joven Griselda Fuentes Cabal fue consecuencia de un delito por encargo y que el principal objetivo de los delincuentes era su pareja, Ros, que recibió al menos un disparo en la cabeza, pero sobrevivió. El jueves por la tarde le tomó declaración en el hospital, aunque la víctima no pudo dar demasiados detalles por su estado de salud.
Los detenidos, Gastón Nicolás Soria (30), Carlos Luján Sosa (58) y Diego “Coco” López (23) son indagados por el fiscal este viernes por la tarde. Según los pesquisas, Sosa habría encargado el crimen a López, que sería el autor material, y a Soria, que actuó como “campana”, a partir de una “cuenta pendiente” del dueño de “La Cocina”.
El empresario Ros habló con el fiscal Rivarola el jueves por la tarde. Sin embargo, no aportó demasiados detalles sobre el hecho. Además, el día del hecho, ante los policías, herido, en los instantes posteriores, tampoco dijo mucho. Inclusive habría dicho que no contaría detalles a los policías sin el asesoramiento de un abogado.
Según la reconstrucción del hecho que realizaron los peritos policiales hasta el momento, el miércoles por la noche, alrededor de las 22.30 horas, Griselda Fuentes Cabal (31) manejaba la camioneta y Eduardo Ros (62) iba en el asiento del acompañante.
Cuando llegaron a la vivienda ubicada en Ilía, entre Fernández Mendía y Evangelista, subieron el portón automático e ingesaron. En esas circunstancias, un sicario se acercó a la ventanilla de la camioneta y le disparó en la cabeza a Ros. Luego, ejecutó a la mujer con un tiro en la nuca.
Según la policía, el cuerpo de la chica cayó de la camioneta. Y Ros simuló estar muerto, para aprovechar una distracción de sus atacantes, llegar al volante, dar marcha atrás con la camioneta y salir hasta la casa de un vecino tocando bocina. La recaudación del día de la rotisería quedó en el piso de la camioneta. Ros los habría llevado a sus pies.
En el mismo momento en el que ocurría el hecho, un motorista de la policía había identificado a Soria en el Palio verde, estacionado a dos cuadras de la escena del crimen. A un policía le llamó la atención que el auto tenía tapada la patente con un nylon. Soría le habría dicho al policía que esperaba a su novia. Pero se puso nervioso. Y luego balbuceó que aguardaba a un amigo. En esos instantes, al policía le llegó el alerta por el crimen que había ocurrido a unos pasos. Con ese dato, decidió demorar al sospechoso.
Esa fue la punta del ovillo para el esclarecimiento del caso. Los mensajes que aparecieron en el celular del demorado fueron claves. “Si se muere este viejo quién nos paga”, decía uno de los más explícitos, enviado por Soria a Sosa.
El fiscal y la Brigada de Investigaciones todavían trabaja para determinar fehacientemente el móvil real del asesinato. De todos modos, el fiscal Rivarola, este viernes, confirmó que el principal objetivo era Ros y que habría “cuentas pendientes” entre el empresario y el presunto autor intelectual del crimen.
El arma con la que mataron a la chica todavía no apareció.
El fiscal Fernando Rivarola confirmó al medio local El Diario que el móvil del ataque al comerciante Eduardo Ros y a su pareja, Griselda Cabal, fue "una deuda pendiente” del comerciante con uno de los imputados, Carlos Luján Sosa. El funcionario judicial dijo que le tomó declaración a Ros en el hospital el jueves por la tarde pero este no pudo ofrecer demasiados detalles por el estado de salud. Indagan a los tres imputados. Soria, el primer detenido, confesó el hecho y complicó a los otros dos acusados, Sosa y Diego "Coco" López, según informaron fuentes extraoficiales.
“En realidad, no tengo mucho más de lo que ya salió en los medios. Se detuvo a (Diego “Coco”) López y estamos haciendo pericias sobre el automotor y sobre los celulares. En realidad, no hay más”, dijo Rivarola este viernes, al mediodía. Unos minutos después, el juez de Control, Daniel Ralli, dictó el secreto del sumario durante diez días.
-¿El círculo está cerrado sobre los tres detenidos?
-En principio, están estas tres personas.
-¿El móvil es un ajuste de cuentas por una deuda?
-En realidad, podría ser eso. Yo mantengo las dos hipótesis... también la del robo, hasta que no hable con Ros. El declaró, pero casi no podía hablar, muy poco. Contó como ingresó en el la camioneta y qué pasó... nada más. Otros detalles no pudo contar.
-¿Volverá a tomarle declaración?
-Lo vamos a tener que entrevistar otra vez. Fui más que nada a ver el estado de saud. Los médicos dijeron que está fuera de peligro. Tiene una disparo en la nariz, un orificio de entrada que sale por el otro lado.
-¿Está confirmado quién recibió el primer disparo?
-Él, él recibe primero el disparo.
-¿La deuda corresponde a una supuesta actividad como prestamistas?
-Realmente, eso lo desconozco. Es lo que habla la calle. Realmente no lo sé. Tengo que hablar con el damnificado. Conozco que tiene “La Cocina“, pero nada más.
Rivarola indaga a los tres detenidos por el crimen de Villa Martita desde poco después del mediodía de este viernes. El fiscal consolida la hipótesis de un delito por encargo a partir de una “deuda pendiente” que tenía el comerciante Eduardo Ros con uno de los principales acusados. Los pesquisas policiales manejan el dato que Sosa y Ros eran prestamistas y allí surgió una diferencia. También mencionan que a los sicarios encargados del crimen les habrían ofrecido 30 mil pesos.
El funcionario judicial confirmó que el asesinato de la joven Griselda Fuentes Cabal fue consecuencia de un delito por encargo y que el principal objetivo de los delincuentes era su pareja, Ros, que recibió al menos un disparo en la cabeza, pero sobrevivió. El jueves por la tarde le tomó declaración en el hospital, aunque la víctima no pudo dar demasiados detalles por su estado de salud.
Los detenidos, Gastón Nicolás Soria (30), Carlos Luján Sosa (58) y Diego “Coco” López (23) son indagados por el fiscal este viernes por la tarde. Según los pesquisas, Sosa habría encargado el crimen a López, que sería el autor material, y a Soria, que actuó como “campana”, a partir de una “cuenta pendiente” del dueño de “La Cocina”.
El empresario Ros habló con el fiscal Rivarola el jueves por la tarde. Sin embargo, no aportó demasiados detalles sobre el hecho. Además, el día del hecho, ante los policías, herido, en los instantes posteriores, tampoco dijo mucho. Inclusive habría dicho que no contaría detalles a los policías sin el asesoramiento de un abogado.
Según la reconstrucción del hecho que realizaron los peritos policiales hasta el momento, el miércoles por la noche, alrededor de las 22.30 horas, Griselda Fuentes Cabal (31) manejaba la camioneta y Eduardo Ros (62) iba en el asiento del acompañante.
Cuando llegaron a la vivienda ubicada en Ilía, entre Fernández Mendía y Evangelista, subieron el portón automático e ingesaron. En esas circunstancias, un sicario se acercó a la ventanilla de la camioneta y le disparó en la cabeza a Ros. Luego, ejecutó a la mujer con un tiro en la nuca.
Según la policía, el cuerpo de la chica cayó de la camioneta. Y Ros simuló estar muerto, para aprovechar una distracción de sus atacantes, llegar al volante, dar marcha atrás con la camioneta y salir hasta la casa de un vecino tocando bocina. La recaudación del día de la rotisería quedó en el piso de la camioneta. Ros los habría llevado a sus pies.
En el mismo momento en el que ocurría el hecho, un motorista de la policía había identificado a Soria en el Palio verde, estacionado a dos cuadras de la escena del crimen. A un policía le llamó la atención que el auto tenía tapada la patente con un nylon. Soría le habría dicho al policía que esperaba a su novia. Pero se puso nervioso. Y luego balbuceó que aguardaba a un amigo. En esos instantes, al policía le llegó el alerta por el crimen que había ocurrido a unos pasos. Con ese dato, decidió demorar al sospechoso.
Esa fue la punta del ovillo para el esclarecimiento del caso. Los mensajes que aparecieron en el celular del demorado fueron claves. “Si se muere este viejo quién nos paga”, decía uno de los más explícitos, enviado por Soria a Sosa.
El fiscal y la Brigada de Investigaciones todavían trabaja para determinar fehacientemente el móvil real del asesinato. De todos modos, el fiscal Rivarola, este viernes, confirmó que el principal objetivo era Ros y que habría “cuentas pendientes” entre el empresario y el presunto autor intelectual del crimen.
El arma con la que mataron a la chica todavía no apareció.
EL Diario LP
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