Ganadería | Todo lo que hay que saber sobre el carbunclo y qué hacer si aparece
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Las lluvias no solo traen problemas de anegamiento, sino que además propagan enfermedades. Los especialistas explican los detalles para combatir el mal.
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Las lluvias no solo traen problemas de anegamiento, sino que además propagan enfermedades. En el caso del carbunclo, la forma de espora de la bacteria favorece que los suelos se contaminen por largos años, poniendo en riesgo tanto a animales como a humanos.
Para saber como estar prevenido, Infocampo dialogó con Fernando Calvete, veterinario y gerente del Centro Diagnóstico Veterinario (CDV), sobre las formas que tiene un productor de detectar la enfermedad, y cuáles son los procedimientos que debe seguir para evitar contagiarse.
"El carbunclo, sin dudas es una enfermedad muy complicada por varias razones. La forma de espora de la bacteria hace que quede sujeta al suelo, y durante años se le decía 'campo maldito' porque cuando labraban la tierra, volvían a remover las bacterias que estaban enterradas, y la enfermedad volvía a resurgir como de la nada", detalló el especialista.
Para identificar la muerte por carbunclo, Calvete fue preciso y explicó que como primer indicio hay sangrado por orificios naturales como ano, vulva o nasales, y que la sangre no coagula. "Es una muerte de curso agudo que se da entre las 24 y 48 horas de contraer la enfermedad. Generalmente se da por muerte súbita y se derrama mucha sangre", añadió.
Una vez detectado el caso se procede de la siguiente manera: "Primero hay que evitar estar en contacto directo con la sangre del rumiante, así que el productor debe de tener bien cubiertas las manos y toda la piel. Y por la misma razón, jamás debe de cuerear al animal o trasladarlo a otro lugar, porque de esa manera estaría regando la sangre por todo el campo, y por ende, la bacteria", advirtió.
En caso de no estar seguro que el carbunclo haya sido el causante de la muerte se debe de extraer una muestra de hueso largo y enviar a un laboratorio para que examinen y sepan cuál fue la causa. "La muestra debe ser de una pata entera por ejemplo. Del centro del hueso, porque un poco de sangre no alcanza para determinar si la enfermedad esta o no presente. En cambio en la médula ósea muerta, si está, aparece si o si porque ahí es donde se aloja", amplió el gerente de CDV.
Si la enfermedad ya fue comprobada, "la recomendación es enterrarlo en ese mismo lugar donde murió, y moverlo lo menos posible. Una vez enterrado en el pozo se lo cubre con cal viva, y luego se lo tapa, tratando de evitar esa zona por un buen tiempo, y proceder a rotar el pastoreo cambiando el lote", expresó.
La prevención
Con relación a la vacunación, Calvete amplió que "se da solo una vez al año, en primavera y a animales adultos de más de ocho meses. Y si nos ponemos a mirar los costos de la vacuna, con el riesgo que que la enfermedad aparezca, la verdad que no quedan muchas dudas. El valor de mercado está entre 1 y 2 pesos por cabeza, o sea, la más barata del mercado. Comparado a los $4.000 que cuesta el animal, por decir un número estimativo, parece ser una negligencia innecesaria no vacunar contra esta enfermedad"
"Además, al igual que la brucelosis, solo hay una cepa oficial aprobada por el Senasa o sea que ni siquiera hay que buscar entre marcas. Pero sin embargo el promedio de vacunación es de 1 cada 4, algo irrisorio", afirmó.
Cabe destacar además que la vacuna contra el carbunclo se puede aplicar junto a la de Aftosa, reduciendo significativamente los costos operativos.
El escenario
El año pasado hubo más de 13 brotes en distintos lugares del país, y las inundaciones amenazan con la circulación de las esporas del carbunclo. "Los cursos de agua de lote a lote o de campo a campo, genera que los focos de contagio sean aún mayores. Lo que el animal levanta del piso al comer, el agua que toma de un bajo, o la actividad de algunos insectos como los tábanos que pueden contagiar a los humanos; generan que el cuadro se diseminé", amplió el veterinario de CDV.
La reaparición de estas enfermedades parecen retrasarnos en el tiempo, a lo cual Calvete argumentó que "la prevención en la ganadería es muy pobre. No se toma real conciencia de lo necesario que es evitar imprevistos, sobre todo en lo que respecta a la sanidad. Por ejemplo, el agricultor ya incluyó en los costos de producción a las malezas. Él sabe que las tiene que combatir, que el barbecho debe de estar bien hecho, y no se arriesga. Entonces qué hace, incluye todo en el proceso económico y productivo y lo da por hecho. No trabaja sobre el momento cuando tiene la mitad del campo tapado por un sorgo de alepo".
Y concluyó: "En la producción avícola saben que es fundamental bajar costos para hacer la diferencia, porque es un momento de auge y hay mucha competencia. Pero a ellos ni se les ocurre tocar la sanidad. Saben lo riesgoso que sería y no se arriesgan, porque para ellos es fundamental cumplir con todas las normas. Y en la vereda de en frente esta el ganadero, que si se puede ahorrar un peso en una vacuna, lo hace sin medir consecuencias". Entre vacunas, honorarios, traslado, capital de trabajo, y demás gastos, se estima que no se llega ni al 4% del precio final de venta del animal.
Por: Facundo Mesquida | Fuente: Infocampo
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