Región | Santarroseños compran terrenos en pueblos cercanos
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Toay, Ataliva Roca, Anguil y Winifreda crecen al ritmo del Procrear, tanto por la demanda propia como la que no encuentra cabida en Santa Rosa. Los terrenos se consiguen en valores de 80.000 a 140.000 pesos. (Foto Sólo Ilustrativa)
Ante la falta de posibilidades de adquirir terrenos en Santa Rosa a valores razonables, muchas familias han optado por adquirir sus lotes en localidades cercanas a la capital provincial: Toay en primer término, y Ataliva Roca, Anguil y Winifreda en un segundo lugar. La disponibilidad de dinero fresco a través del programa Procrear es un elemento clave, incluso para oxigenar las pequeñas economías locales. La tranquilidad que ofrecen estos lugares es un elemento a su favor, lo mismo que la seguridad.
El esquema de una ciudad de mediana magnitud con urbanizaciones satélites en sus cercanías empieza a tomar cuerpo en la zona central de nuestra provincia de la mano de un fenómeno instalado hace un par de años: el elevadísimo costo de los terrenos en Santa Rosa y su periurbano, inaccesible para la mayoría de los potenciales compradores.
El crecimiento permanente de la población y una disponibilidad concreta de dinero para construcción son dos patas del fenómeno. Una cuarta podría señalarse en cierta lentitud de la Municipalidad de Santa Rosa para ofrecer nuevos espacios a los interesados, o necesitados, en levantar su propia casa, que en su mayoría son parejas jóvenes.
Una parte importante de este fenómeno llegó con el lanzamiento del programa Procrear, un sistema de créditos para ampliación, refacción, adquisición o construcción de viviendas que vino a cubrir con dinero oficial una notoria carencia de créditos en condiciones accesibles por parte de los bancos y el sistema financiero privado.
El dato importante es que el Procrear implica un tiempo perentorio para empezar a construir, lo que obligó a los beneficiarios a salir corriendo a buscar donde levantar su casa, situación que disparó, o incrementó, la especulación inmobiliaria en Santa Rosa. Si antes había pocos terrenos, después del Procrear hubo menos aún. La sensación de inseguridad que perciben algunas personas es otro elemento clave para elegir las localidades cercanas. En este caso, los nuevos vecinos son personas o matrimonios de edad intermedia que han vivido en Santa Rosa alguna situación violenta. Por ello eligen la tranquilidad pueblerina de estas localidades.
Por su cercanía con Santa Rosa, Toay ha sido el primer destino que los compradores pensaron a la hora de buscar su lugar en el mundo. La demanda saturó también las posibilidades de esta ciudad e incluso generó su propia ola especulativa.
Los terrenos vendidos en el último tiempo se distribuyen por todo el casco urbano aunque los loteos más solicitados por los santarroseños son los ubicados en la entrada a la localidad, en los laterales de la avenida Regimiento 13 de Caballería. Es la zona conocida como "Las Cortaderas", por la notoria presencia de esa planta en ese sector.
Pero en Toay las posibilidades ya son cada vez menos y allí también se está hablando de la necesidad de generar nuevos loteos para atender la creciente demanda, sea de toayenses o santarroseños. En los últimos días reflotó la idea de darle este destino al gran predio donde aún se mantiene en pie lo que fuera la vieja planta de Cerámica Santa Rosa. De concretarse, un número cercano a los 200 terrenos se incorporarán a la oferta.
En el caso de Anguil, ubicada 28 kilómetros al este de la ciudad por la ruta nacional 5, el intendente Héctor Delahaye reveló la semana pasada en declaraciones al canal CPEtv que "a diario ves gente de Santa Rosa que se quiere ir a vivir a Anguil", muchos de lo cuales ya compraron sus terrenos. "Por suerte ahora tenemos terrenos, que hace 8 meses no teníamos", acotó el intendente en referencia a recientes loteos.
Bien ubicados y con todos los servicios, estos terrenos se han vendido a valores de entre 80.000 y 140.000 pesos, un monto impensable para Santa Rosa. Según relató Delahaye, los casi 30 kilómetros que separan a Santa Rosa de su ciudad ya no son un impedimento mayor si se tiene en cuenta que hoy por hoy, una persona tarda más tiempo en llegar al centro de Santa Rosa desde un barrio periférico o un tiempo similar desde Toay cuando la avenida Presidente Perón está en su hora pico. "Hoy por hoy, un santarroseño no tiene mayor impedimento en llegar a Anguil, ya que el último semáforo es el que está en la rotonda del Casino", indicó el intendente.
Ataliva Roca no ha escapado al fenómeno. Allí también se está construyendo mucho, tanto de la mano de créditos Procrear como por inversión particular. Muchos pobladores del lugar y también algunos de Santa Rosa.
Al igual que en las otras poblaciones, los precios han crecido al compás que marca la demanda. Ubicada a 35 kilómetros al sur de Santa Rosa, llegar hasta allí es cómodo aunque insume, lógicamente, un tiempo mayor que el recorrido a Anguil.
Las construcciones se han multiplicado y en las manzanas centrales de la localidad ya quedan pocos terrenos, por lo cual las nuevas viviendas se están levantando en la zona periurbana. "Por ahora, son casas de fin de semana, pero muchos ya han dicho que cuando las terminen, se vienen a vivir acá", comentó una vecina de la localidad.
En Winifreda, localidad ubicada a 40 kilómetros al norte de Santa Rosa por la ruta nacional 35, el ritmo de loteos y construcción de viviendas nuevas es intenso. Hay un loteo de gran magnitud, llamado Altos de Winifreda, al sur de la localidad, y tres de tamaño intermedio, dentro del casco urbano.
En el caso de Altos de Winifreda, está ubicado a unos 600 metros por el camino que lleva al cementerio. En este enclave, la Cooperativa Eléctrica de Winifreda (CEW) ya sumó 30 nuevos usuarios y cinco de ellos ya terminaron su casa. El loteo comprende 168 nuevos terrenos.
Otros tres loteos están dentro del casco urbano, al sur y al oeste, y corresponden a quintas y chacras. El más viejo es una quinta de 8 hectáreas sobre calle Alsina donde ya hay muchas casas construidas, la mayoría por pobladores de la localidad pero un número importante por gente venida de afuera. En este caso, la CEW recibió 40 pedidos de medidores de luz. El segundo loteo es una quinta ubicada al oeste del pueblo, donde ya hay 48 pedidos, y el tercero una chacra.
La mayoría de estas construcciones se concretaron por iniciativa privada pero en un porcentaje importante, también de la mano del plan Procrear. Y según la información que circula en el pueblo, un grupo representativo proviene de Santa Rosa.
En otras ciudades del país se dieron casos de que ante la imposibilidad de conseguir un terreno donde construir en los tiempos establecidos por el programa, algunos beneficiarios del Procrear se vieron obligados a devolver el crédito recibido. En un reciente informe publicado en Mendoza se consignó que de las 7 mil carpetas del plan que se iniciaron en el Banco Hipotecario, solo unas 3.500 pudieron comenzar a construir su vivienda, es decir la mitad y por una razón concreta: el alto valor de los terrenos y la especulación
Ante la falta de posibilidades de adquirir terrenos en Santa Rosa a valores razonables, muchas familias han optado por adquirir sus lotes en localidades cercanas a la capital provincial: Toay en primer término, y Ataliva Roca, Anguil y Winifreda en un segundo lugar. La disponibilidad de dinero fresco a través del programa Procrear es un elemento clave, incluso para oxigenar las pequeñas economías locales. La tranquilidad que ofrecen estos lugares es un elemento a su favor, lo mismo que la seguridad.
El esquema de una ciudad de mediana magnitud con urbanizaciones satélites en sus cercanías empieza a tomar cuerpo en la zona central de nuestra provincia de la mano de un fenómeno instalado hace un par de años: el elevadísimo costo de los terrenos en Santa Rosa y su periurbano, inaccesible para la mayoría de los potenciales compradores.
El crecimiento permanente de la población y una disponibilidad concreta de dinero para construcción son dos patas del fenómeno. Una cuarta podría señalarse en cierta lentitud de la Municipalidad de Santa Rosa para ofrecer nuevos espacios a los interesados, o necesitados, en levantar su propia casa, que en su mayoría son parejas jóvenes.
Una parte importante de este fenómeno llegó con el lanzamiento del programa Procrear, un sistema de créditos para ampliación, refacción, adquisición o construcción de viviendas que vino a cubrir con dinero oficial una notoria carencia de créditos en condiciones accesibles por parte de los bancos y el sistema financiero privado.
El dato importante es que el Procrear implica un tiempo perentorio para empezar a construir, lo que obligó a los beneficiarios a salir corriendo a buscar donde levantar su casa, situación que disparó, o incrementó, la especulación inmobiliaria en Santa Rosa. Si antes había pocos terrenos, después del Procrear hubo menos aún. La sensación de inseguridad que perciben algunas personas es otro elemento clave para elegir las localidades cercanas. En este caso, los nuevos vecinos son personas o matrimonios de edad intermedia que han vivido en Santa Rosa alguna situación violenta. Por ello eligen la tranquilidad pueblerina de estas localidades.
Toay.
Por su cercanía con Santa Rosa, Toay ha sido el primer destino que los compradores pensaron a la hora de buscar su lugar en el mundo. La demanda saturó también las posibilidades de esta ciudad e incluso generó su propia ola especulativa.
Los terrenos vendidos en el último tiempo se distribuyen por todo el casco urbano aunque los loteos más solicitados por los santarroseños son los ubicados en la entrada a la localidad, en los laterales de la avenida Regimiento 13 de Caballería. Es la zona conocida como "Las Cortaderas", por la notoria presencia de esa planta en ese sector.
Pero en Toay las posibilidades ya son cada vez menos y allí también se está hablando de la necesidad de generar nuevos loteos para atender la creciente demanda, sea de toayenses o santarroseños. En los últimos días reflotó la idea de darle este destino al gran predio donde aún se mantiene en pie lo que fuera la vieja planta de Cerámica Santa Rosa. De concretarse, un número cercano a los 200 terrenos se incorporarán a la oferta.
Anguil.
En el caso de Anguil, ubicada 28 kilómetros al este de la ciudad por la ruta nacional 5, el intendente Héctor Delahaye reveló la semana pasada en declaraciones al canal CPEtv que "a diario ves gente de Santa Rosa que se quiere ir a vivir a Anguil", muchos de lo cuales ya compraron sus terrenos. "Por suerte ahora tenemos terrenos, que hace 8 meses no teníamos", acotó el intendente en referencia a recientes loteos.
Bien ubicados y con todos los servicios, estos terrenos se han vendido a valores de entre 80.000 y 140.000 pesos, un monto impensable para Santa Rosa. Según relató Delahaye, los casi 30 kilómetros que separan a Santa Rosa de su ciudad ya no son un impedimento mayor si se tiene en cuenta que hoy por hoy, una persona tarda más tiempo en llegar al centro de Santa Rosa desde un barrio periférico o un tiempo similar desde Toay cuando la avenida Presidente Perón está en su hora pico. "Hoy por hoy, un santarroseño no tiene mayor impedimento en llegar a Anguil, ya que el último semáforo es el que está en la rotonda del Casino", indicó el intendente.
Ataliva Roca.
Ataliva Roca no ha escapado al fenómeno. Allí también se está construyendo mucho, tanto de la mano de créditos Procrear como por inversión particular. Muchos pobladores del lugar y también algunos de Santa Rosa.
Al igual que en las otras poblaciones, los precios han crecido al compás que marca la demanda. Ubicada a 35 kilómetros al sur de Santa Rosa, llegar hasta allí es cómodo aunque insume, lógicamente, un tiempo mayor que el recorrido a Anguil.
Las construcciones se han multiplicado y en las manzanas centrales de la localidad ya quedan pocos terrenos, por lo cual las nuevas viviendas se están levantando en la zona periurbana. "Por ahora, son casas de fin de semana, pero muchos ya han dicho que cuando las terminen, se vienen a vivir acá", comentó una vecina de la localidad.
Winifreda se agranda.
En Winifreda, localidad ubicada a 40 kilómetros al norte de Santa Rosa por la ruta nacional 35, el ritmo de loteos y construcción de viviendas nuevas es intenso. Hay un loteo de gran magnitud, llamado Altos de Winifreda, al sur de la localidad, y tres de tamaño intermedio, dentro del casco urbano.
En el caso de Altos de Winifreda, está ubicado a unos 600 metros por el camino que lleva al cementerio. En este enclave, la Cooperativa Eléctrica de Winifreda (CEW) ya sumó 30 nuevos usuarios y cinco de ellos ya terminaron su casa. El loteo comprende 168 nuevos terrenos.
Otros tres loteos están dentro del casco urbano, al sur y al oeste, y corresponden a quintas y chacras. El más viejo es una quinta de 8 hectáreas sobre calle Alsina donde ya hay muchas casas construidas, la mayoría por pobladores de la localidad pero un número importante por gente venida de afuera. En este caso, la CEW recibió 40 pedidos de medidores de luz. El segundo loteo es una quinta ubicada al oeste del pueblo, donde ya hay 48 pedidos, y el tercero una chacra.
La mayoría de estas construcciones se concretaron por iniciativa privada pero en un porcentaje importante, también de la mano del plan Procrear. Y según la información que circula en el pueblo, un grupo representativo proviene de Santa Rosa.
Devolución del crédito.
En otras ciudades del país se dieron casos de que ante la imposibilidad de conseguir un terreno donde construir en los tiempos establecidos por el programa, algunos beneficiarios del Procrear se vieron obligados a devolver el crédito recibido. En un reciente informe publicado en Mendoza se consignó que de las 7 mil carpetas del plan que se iniciaron en el Banco Hipotecario, solo unas 3.500 pudieron comenzar a construir su vivienda, es decir la mitad y por una razón concreta: el alto valor de los terrenos y la especulación
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