Marina Borensztein le ganó la batalla al cáncer de mama
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2014/12/marina-borensztein-le-gano-la-batalla.html
Hija del recordado Tato Bores, y esposa de Oscar Martínez, Marina Borensztein acaba de publicar su libro "Enfermé para sanar" donde cuenta su larga lucha contra esta enfermedad. (Foto: La Nación)
Es actriz. Igual que su papá. Su padre es, nada más y nada menos, que el recordado Tato Bores. El nombre real era Mauricio Borensztein. Pero pocos lo llamaban así. Difícil poder superar, en la misma profesión, el legado que le dejó su viejo.
Marina Borensztein, al igual que sus hermanos, se quedó trabajando en el medio en el que ya su padre habría abierto una importante puerta. En su vida tuvo una inesperada separación del actor Alejandro Awada y al poco tiempo se puso de novia con un amigo de éste: Oscar Martínez. Con Martínez contrajo matrimonio en 2011. Por ese entonces, todos hablaron de traición.
Hoy, Marina brinda un importante testimonio a través de su libro "Enfermé para sanar", donde relata todo lo que vivió en su larga lucha contra un cáncer de mamá.
"Todo comenzó el 30 de diciembre de 2010, cuando estábamos de vacaciones junto a mi familia en un lugar divino y, mientras me bañaba, me descubrí un bulto en una mama. Me asusté mucho, pero Oscar me dijo que no me asustara, que seguramente no era nada", dijo invitada al ciclo de televisión AM que se emite por Telefe.
Ya de regreso en Buenos Aires, Borensztein decidió hacerse un chequeo de rutina, le presentó los resultados a su médico clínico pero no a su ginecólogo. "Di por sentado que el ginecólogo estaba por irse de vacaciones y me dejé estar", apuntó. Así pasaron casi 9 meses. "Me olvidé. Justo estaba con los preparativos de casamiento, felicidad absoluta. Veníamos de un año difícil... Pero un día tuve una alarma física y decidí ir a consultar. El médico vio el estudio y me dijo: '¿Cómo no me trajiste esto antes?'. Me tranquilizó, me aseguró que era operable y que todo iba a estar bien. Pero, tras la primera cirugía, decidió analizar la otra mama y descubrió que allí también había células cancerígenas".
Su testimonio es muy importante porque sirve para concientizar a todas las muejeres que la mejor batalla contra al cáncer de mama empieza por la prevención. "Venía de un año muy difícil y bajé mucho mis defensas. Entendí que la enfermedad tiene que ver con lo emocional; las defensas te bajan cuando uno está pasado de estrés o cuando algo muy profundo, muy personal, no está resuelto y te pega. Tuve la suerte de agarrar el cáncer muy a tiempo, y eso hace que hoy pueda estar acá, feliz de estar viva", finalizó.
Primicias Ya
Es actriz. Igual que su papá. Su padre es, nada más y nada menos, que el recordado Tato Bores. El nombre real era Mauricio Borensztein. Pero pocos lo llamaban así. Difícil poder superar, en la misma profesión, el legado que le dejó su viejo.
Marina Borensztein, al igual que sus hermanos, se quedó trabajando en el medio en el que ya su padre habría abierto una importante puerta. En su vida tuvo una inesperada separación del actor Alejandro Awada y al poco tiempo se puso de novia con un amigo de éste: Oscar Martínez. Con Martínez contrajo matrimonio en 2011. Por ese entonces, todos hablaron de traición.
Hoy, Marina brinda un importante testimonio a través de su libro "Enfermé para sanar", donde relata todo lo que vivió en su larga lucha contra un cáncer de mamá.
"Todo comenzó el 30 de diciembre de 2010, cuando estábamos de vacaciones junto a mi familia en un lugar divino y, mientras me bañaba, me descubrí un bulto en una mama. Me asusté mucho, pero Oscar me dijo que no me asustara, que seguramente no era nada", dijo invitada al ciclo de televisión AM que se emite por Telefe.
Ya de regreso en Buenos Aires, Borensztein decidió hacerse un chequeo de rutina, le presentó los resultados a su médico clínico pero no a su ginecólogo. "Di por sentado que el ginecólogo estaba por irse de vacaciones y me dejé estar", apuntó. Así pasaron casi 9 meses. "Me olvidé. Justo estaba con los preparativos de casamiento, felicidad absoluta. Veníamos de un año difícil... Pero un día tuve una alarma física y decidí ir a consultar. El médico vio el estudio y me dijo: '¿Cómo no me trajiste esto antes?'. Me tranquilizó, me aseguró que era operable y que todo iba a estar bien. Pero, tras la primera cirugía, decidió analizar la otra mama y descubrió que allí también había células cancerígenas".
Su testimonio es muy importante porque sirve para concientizar a todas las muejeres que la mejor batalla contra al cáncer de mama empieza por la prevención. "Venía de un año muy difícil y bajé mucho mis defensas. Entendí que la enfermedad tiene que ver con lo emocional; las defensas te bajan cuando uno está pasado de estrés o cuando algo muy profundo, muy personal, no está resuelto y te pega. Tuve la suerte de agarrar el cáncer muy a tiempo, y eso hace que hoy pueda estar acá, feliz de estar viva", finalizó.
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