Tenis | Argentina Open: Mónaco venció a Almagro y jugará la final ante Nadal
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El argentino Juan Mónaco se impuso al español Nicolás Almagro por 6-3, 6-7 y 6-4 en la primera semifinal del Argentina Open y será finalista por tercera vez en Buenos Aires. Enfrentará a Nadal, que eliminó a Berlocq. (Foto: Infobae)
Mónaco, nacido en Tandil y ubicado en el puesto 60 del ranking mundial de la ATP, ganó un partido altamente emotivo ante Almagro (89), que se extendió durante dos horas y 28 minutos y mantuvo en vilo a las 6.000 personas que llenaron el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en el barrio porteño de Palermo.
El tandilense jugará mañana la final ante el español Rafael Nadal (4), máximo favorito al título, vencedor del argentino Carlos Berlocq (74).
Con el acceso de Mónaco a la final, la 15ta. edición del Argentina Open vuelve a tener un finalista argentino después de cuatro años, ya que desde que en 2011 el 'Flaco' Juan Ignacio Chela perdió con el murciano Almagro, luego vinieron definiciones entre tenistas extranjeros.
El desahogo final de Mónaco, con ese grito de "Vamos" luego de consumar su victoria, fue la gran imagen de la jornada, y el público, que tomó partido por la decisión del capitán Daniel Orsanic de excluirlo del equipo que enfrentará a Brasil el mes próximo, también reconoció su entrega.
Por eso el grito unánime fue "Pico, Davis, Pico Davis, Pico, Davis", y el tandilense lo agradeció con varias reverencias, luego de protagonizar una semana casi perfecta, con triunfos sobre sus compatriotas Máximo González (94), Leonardo Mayer (29), el uruguayo Pablo Cuevas (24) y esta tarde ante Almagro.
El tandilense jugó un primer set impecable, muy prendido, sin dudas y con tiros profundos que le permitieron dominar a un rival extrañamente errático en relación a lo que habían sido sus presentaciones anteriores, en las que venció en serie a tres compatriotas: Pablo Andújar (67), Albert Ramos (68) y Tommy Robredo (18), el segundo cabeza de serie.
'Pico' fue más regular con su servicio en un set con seis quiebres, de los que el consiguió cuatro, 1-0, 2-1, 5-2 y el de 6-3 que le permitió llevarse el parcial en 45 minutos y que festejó con un "vamos" que se escuchó en todo el estadio.
El argentino, muy apoyado por el público, que se inclinó en su favor desde el martes último cuando Orsanic dio a conocer el equipo de Copa Davis que recibirá a Brasil y no lo tuvo en cuenta, mantuvo la iniciativa también en el inicio del segundo parcial.
Con la táctica de moverlo mucho al murciano para restarle potencia y de variar la altura de los golpes, generó un espacio en el que se sintió muy cómodo hasta el 5-4 con el saque de Almagro, cuando desperdició dos match points y eso le costó llegar al tie break, donde también tuvo una ventaja de 3-0 y 5-3, pero perdió 8-6.
El tercer y último set, fue todo aún más emotivo y cambiante, ya que Mónaco pudo ganar, luego estuvo cerca de perder, y terminó festejando.
El tandilense estuvo 3-1 y con un break point, y luego 3-4 y 0-40, cuando falló al jugar demasiado corto, con tiros a le mitad de la cancha, la distancia exacta que necesitaba Almagro para imponer la potencia de su derecha y lastimarlo.
Mónaco, alentado a rabiar desde las tribunas y motivado de manera especial, retomó su plan inicial, jugó pelotas profundas y así quebró para adelantarse 5-4 y dejar el partido a su merced.
Sin embargo faltaba un episodio de suspenso más, ya que el tandilense sirvió 0-40 y en ese instante miró al cielo, respiró y conectó cinco primeros servicios seguidos, castigó con su derecha y logró la victoria que tanto buscó, en una semana especial por lo de la Davis, un torneo que jugó durante una década y ahora le es ajeno.
Mónaco es finalilsta porque mostró un gran tenis durante la semana, y porque supo sacar fuerzas para reponerse de lo de la Davis, y así volvió a jugar una final, algo que no le sucedía desde julio del año pasado cuando perdió en el ATP suizo de Gstaad con el español Pablo Andújar.
Lo mejor de 'Pico' en 2014 fue esa final y dos semifinales, en julio en Kitzbuhel y en septiembre en Shenshen, hasta que recuperó su tenis la semana pasada en Río de Janeiro (cayó en cuartos de final ante el español David Ferrer, luego campeón) y lo prolongó en Buenos Aires.
Otro motivo que levantó anímicamente a Mónaco fue el hecho de entrenar y competir junto a su gran amigo Rafael Nadal en Buenos Aires, donde compartieron el torneo de dobles y varias sesiones de prácticas.
La anterior ocasión que el tandilense se juntó a entrenar duro con Nadal fue 2012, cuando estuvieron 10 días en Dubai y luego 'Pico' lo capitalizó con un título, en Kuala Lumpur.
Es que practicar con Nadal le aporta, en lo tenístico, mayor velocidad y calidad de pelota, y en lo anímico lo levanta, como si el súper campeón mallorquín le contagiara esa energía que mostró en Río y repitió en Buenos Aires.
Seguramente Orsanic estará arrepentido de su decisión, por lo pronto, la gente ya tomó partido por el tandilense que esta tarde se quedó con la foto del festejo final.
Télam
Mónaco, nacido en Tandil y ubicado en el puesto 60 del ranking mundial de la ATP, ganó un partido altamente emotivo ante Almagro (89), que se extendió durante dos horas y 28 minutos y mantuvo en vilo a las 6.000 personas que llenaron el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en el barrio porteño de Palermo.
El tandilense jugará mañana la final ante el español Rafael Nadal (4), máximo favorito al título, vencedor del argentino Carlos Berlocq (74).
Con el acceso de Mónaco a la final, la 15ta. edición del Argentina Open vuelve a tener un finalista argentino después de cuatro años, ya que desde que en 2011 el 'Flaco' Juan Ignacio Chela perdió con el murciano Almagro, luego vinieron definiciones entre tenistas extranjeros.
El desahogo final de Mónaco, con ese grito de "Vamos" luego de consumar su victoria, fue la gran imagen de la jornada, y el público, que tomó partido por la decisión del capitán Daniel Orsanic de excluirlo del equipo que enfrentará a Brasil el mes próximo, también reconoció su entrega.
Por eso el grito unánime fue "Pico, Davis, Pico Davis, Pico, Davis", y el tandilense lo agradeció con varias reverencias, luego de protagonizar una semana casi perfecta, con triunfos sobre sus compatriotas Máximo González (94), Leonardo Mayer (29), el uruguayo Pablo Cuevas (24) y esta tarde ante Almagro.
El tandilense jugó un primer set impecable, muy prendido, sin dudas y con tiros profundos que le permitieron dominar a un rival extrañamente errático en relación a lo que habían sido sus presentaciones anteriores, en las que venció en serie a tres compatriotas: Pablo Andújar (67), Albert Ramos (68) y Tommy Robredo (18), el segundo cabeza de serie.
'Pico' fue más regular con su servicio en un set con seis quiebres, de los que el consiguió cuatro, 1-0, 2-1, 5-2 y el de 6-3 que le permitió llevarse el parcial en 45 minutos y que festejó con un "vamos" que se escuchó en todo el estadio.
El argentino, muy apoyado por el público, que se inclinó en su favor desde el martes último cuando Orsanic dio a conocer el equipo de Copa Davis que recibirá a Brasil y no lo tuvo en cuenta, mantuvo la iniciativa también en el inicio del segundo parcial.
Con la táctica de moverlo mucho al murciano para restarle potencia y de variar la altura de los golpes, generó un espacio en el que se sintió muy cómodo hasta el 5-4 con el saque de Almagro, cuando desperdició dos match points y eso le costó llegar al tie break, donde también tuvo una ventaja de 3-0 y 5-3, pero perdió 8-6.
El tercer y último set, fue todo aún más emotivo y cambiante, ya que Mónaco pudo ganar, luego estuvo cerca de perder, y terminó festejando.
El tandilense estuvo 3-1 y con un break point, y luego 3-4 y 0-40, cuando falló al jugar demasiado corto, con tiros a le mitad de la cancha, la distancia exacta que necesitaba Almagro para imponer la potencia de su derecha y lastimarlo.
Mónaco, alentado a rabiar desde las tribunas y motivado de manera especial, retomó su plan inicial, jugó pelotas profundas y así quebró para adelantarse 5-4 y dejar el partido a su merced.
Sin embargo faltaba un episodio de suspenso más, ya que el tandilense sirvió 0-40 y en ese instante miró al cielo, respiró y conectó cinco primeros servicios seguidos, castigó con su derecha y logró la victoria que tanto buscó, en una semana especial por lo de la Davis, un torneo que jugó durante una década y ahora le es ajeno.
Mónaco es finalilsta porque mostró un gran tenis durante la semana, y porque supo sacar fuerzas para reponerse de lo de la Davis, y así volvió a jugar una final, algo que no le sucedía desde julio del año pasado cuando perdió en el ATP suizo de Gstaad con el español Pablo Andújar.
Lo mejor de 'Pico' en 2014 fue esa final y dos semifinales, en julio en Kitzbuhel y en septiembre en Shenshen, hasta que recuperó su tenis la semana pasada en Río de Janeiro (cayó en cuartos de final ante el español David Ferrer, luego campeón) y lo prolongó en Buenos Aires.
Otro motivo que levantó anímicamente a Mónaco fue el hecho de entrenar y competir junto a su gran amigo Rafael Nadal en Buenos Aires, donde compartieron el torneo de dobles y varias sesiones de prácticas.
La anterior ocasión que el tandilense se juntó a entrenar duro con Nadal fue 2012, cuando estuvieron 10 días en Dubai y luego 'Pico' lo capitalizó con un título, en Kuala Lumpur.
Es que practicar con Nadal le aporta, en lo tenístico, mayor velocidad y calidad de pelota, y en lo anímico lo levanta, como si el súper campeón mallorquín le contagiara esa energía que mostró en Río y repitió en Buenos Aires.
Seguramente Orsanic estará arrepentido de su decisión, por lo pronto, la gente ya tomó partido por el tandilense que esta tarde se quedó con la foto del festejo final.
Télam
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