Winifreda | Brote de gastroenteritis

Un virus estomacal afectó a muchos comensales que asistieron a la cena Centenario de Winifreda servida el 4 de abril en una carpa gigante. Los médicos locales detectaron un brote de gastroenteritis antes de la fiesta y los casos se reprodujeron después del masivo encuentro social.

Los afectados presentaban dolor abdominal, vómitos y diarreas. La situación fue puesta bajo control por las autoridades sanitarias. El servicio de catering estuvo a cargo de una empresa de Santa Rosa, que fue contratada por el municipio. El brote se podría haber producido por la ingesta de alimentos en mal estado u otras causas.

Al respecto, el bromatólogo municipal, Agustín Pieraligi, reveló que el 4 de abril en horas de la tarde se apersonó en el predio para controlar la calidad de la mercadería que más tarde se degustaría.

"La carne estaba en excelente condiciones adentro de un camión frigorífico con el equipo de frío prendido, no había verduras pasadas, las papas lavadas y la temperatura de los helados era la óptima, no habían sufrido proceso de descongelamiento, es más durante la cena se podía constatar que el helado no estaba derretido", recordó y apuntó que el servicio "en algunos sectores no fue el esperado porque hubo mucha gente disconforme" en el sentido que no comió lo suficiente porque los mozos no pasaron en forma continua.

Brote.

El funcionario se enteró al día siguiente que había personas descompuestas y lo primero que hizo fue ponerse en contacto con los médicos de la clínica y el hospital. "Llegamos a la conclusión que era un brote de gastroenteritis desatado antes de la cena Centenario y adentro de la carpa con casi 2.000 personas, en un clima de hacinamiento y humedad ambiente se dieron las condiciones óptimas para que el virus pudiera propagarse. Es más empleados de una institución me dijeron que habían contraído la enfermedad antes de la fiesta. Casos de intoxicación no se atendieron", indicó.

Pieraligi dijo que con esta explicación no desea desligarse de sus responsabilidades. "Si había un alimento en mal estado obviamente no lo iba a dejar pasar, pero ante tanta cantidad algo se me pudo haber pasado. Cuando me presenté puedo asegurar a toda la comunidad que estaba todo en orden y en excelente estado, no hice ojos ciegos porque uno siempre quiere ser responsable. Pero al haber tanto personal trabajando uno no sabe si después que abrieron la mayonesa volvió a la heladera, eso excede a mis atribuciones", finalizó Pieraligi, de profesión veterinario.

La Arena