Santa Rosa | Caso Sclavuno: "Siempre pasó cuando no había nadie", dijo el hijo de la víctima
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2015/05/santa-rosa-caso-sclavuno-siempre-paso.html
Los hijos de Patricia Sclavuno piden custodia para la mujer.
Seguí el Caso Sclavuno
“Cuando estábamos nosotros estaba todo pefecto, pasaba siempre cuando no había nadie”, contó Matías Fernández, uno de los hijos de Patricia Sclavuno, la víctima que denunció el ataque de su esposo, el empresario Néstor Roberto Gallinger. El joven reconoció que hubo episodios anteriores y que su madre está conmocionada, atemorizada y con la “culpa” que suelen sentir las víctimas en los casos de vilolencia de género.
La mujer no estaba en condiciones de hablar con El Diario este martes. Pero su hijo relató que hubo dos episodios violentes el fin de semana. Primero, el viernes a la madrugada, él le rompió el celular y tiró nafta en un sillón. Ese día, a las 19, la empujó, la tiró al piso y la golpeó con patadas. La roció con nafta para prenderla fuego y ella escapó porque él no puede correr. Martínez contó que su madre vio una llamarada detrás y después comprobaron que se había quemado parte del pasto. También que a su madre le habían desinflado las cubiertas del auto.
La mujer llamó a su hijo y él la encontró en la Avenida Perón. La acompañó a la comisaría de Toay y luego al hospital. “La policía fue pero él se encerró y puso las alarmas de exterior. No tenían orden, no pudieron hacer nada”, recordó. “Yo la llevé a mi casa y él empezó a mandarme mensaje a mi y a mis hermanos, para ver donde estaba. Yo no le dije nada, como si nada, y al otro día me presenté en la empresa con normalidad, porque sabía que él no iba. Me siguió mandando mensajes y lo estuve ‘pateando’ toda la mañana. Pero ya después, jugado, empezó a amenazar, que la relación comercial se rompía, que me diera por despedido, que se pudría todo”, narró.
Gallinger se presentó en la policía el sábado a la tarde y quedó detenido. Fernández destacó especialmente la atención en la comisaría de Toay y en la Unidad Funcional de Género de Santa Rosa.
Sobre la situación de la pareja, dijo que “antes hubo situaciones no denunciadas, esto no fue un hecho aislado, ha habido otros. No hemos sido testigos, sí los hijos de él. Hay un menor en el medio, no lo iban a denunciar”.
En pareja desde hace ocho años, Gallinger y Sclavuno se habían casado hace cinco. “Conocíamos lo que pasaba. Ella reconoce que se equivocó de no haberlo denunciado en su momento. Siente culpa por haber dejado pasar algunos hechos anteriormente. Le daba la sensación que lo dejaba tirado porque él toma medicación por (trastorno de) bipolaridad, depresión y esas cosas”, añadió.
Martínez detalló que en la quinta había albañiles trabajando en una ampliación, pero que las situaciones de violencia ocurrieron cuando estaban solos. “No es que le pasó por la bipolaridad ni nada por el estilo. Siempre pasó cuando no había nadie. Cuando estábamos nosotros, estaba todo perfecto. Maneja la situación o es expeditivo en el momento de hacerlo”, especuló. “Somos cinco varones. Adelante nuestro o cuando estabamos comiendo un asado, nunca hizo nada”, agregó.
El joven confirmó que, además de los antecedente penales (entre ellos, una condena por violencia contra su primera mujer) Gallinger incurrió en otros hechos de ese tipo, como tomarse a piñas con varios clientes y atropellar a un inspector de tránsito en la Plaza San Martín durnate un opertivo.
“Ahora a mi mamá la tengo en casa. Tiene la posesión en la (quinta de la calle) Calandria pero no quier ir sola, hasta que no haya custodia o algo de eso, alguien que esté todo el tiempo, aunque él esté detenido”, reveló. “Va a tener contención y tratamiento porque esto genera un trauma sicológico. No es una situación que uno esté preparado para vivir habitualmente”, acotó.
Uno de los hijos de Gallinger, de 22 años, vive en una habitación, detrás de la sede de la empresa, en la Catamarca. “Hoy se quiso meter por la fuerza. Tomó partido. Incluso tamibén lo denunciamos porque el domingo fue a la quinta con un flete y desvalijaron toda la casa”, señaló Martínez.
“Vamos a pedir custodia para la empresa. Necesito que el personal trabaje tranquilo”, comentó.
El muchacho aseguró que prácticamente está a cargo de la empresa. Y aclaró que su madre es socia gerenta, y no una empleada, como sostuvo el abogado defensor de Gallinger en la audiencia de formalización de este martes.
El Diario LP
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“Cuando estábamos nosotros estaba todo pefecto, pasaba siempre cuando no había nadie”, contó Matías Fernández, uno de los hijos de Patricia Sclavuno, la víctima que denunció el ataque de su esposo, el empresario Néstor Roberto Gallinger. El joven reconoció que hubo episodios anteriores y que su madre está conmocionada, atemorizada y con la “culpa” que suelen sentir las víctimas en los casos de vilolencia de género.
La mujer no estaba en condiciones de hablar con El Diario este martes. Pero su hijo relató que hubo dos episodios violentes el fin de semana. Primero, el viernes a la madrugada, él le rompió el celular y tiró nafta en un sillón. Ese día, a las 19, la empujó, la tiró al piso y la golpeó con patadas. La roció con nafta para prenderla fuego y ella escapó porque él no puede correr. Martínez contó que su madre vio una llamarada detrás y después comprobaron que se había quemado parte del pasto. También que a su madre le habían desinflado las cubiertas del auto.
La mujer llamó a su hijo y él la encontró en la Avenida Perón. La acompañó a la comisaría de Toay y luego al hospital. “La policía fue pero él se encerró y puso las alarmas de exterior. No tenían orden, no pudieron hacer nada”, recordó. “Yo la llevé a mi casa y él empezó a mandarme mensaje a mi y a mis hermanos, para ver donde estaba. Yo no le dije nada, como si nada, y al otro día me presenté en la empresa con normalidad, porque sabía que él no iba. Me siguió mandando mensajes y lo estuve ‘pateando’ toda la mañana. Pero ya después, jugado, empezó a amenazar, que la relación comercial se rompía, que me diera por despedido, que se pudría todo”, narró.
Gallinger se presentó en la policía el sábado a la tarde y quedó detenido. Fernández destacó especialmente la atención en la comisaría de Toay y en la Unidad Funcional de Género de Santa Rosa.
Sobre la situación de la pareja, dijo que “antes hubo situaciones no denunciadas, esto no fue un hecho aislado, ha habido otros. No hemos sido testigos, sí los hijos de él. Hay un menor en el medio, no lo iban a denunciar”.
En pareja desde hace ocho años, Gallinger y Sclavuno se habían casado hace cinco. “Conocíamos lo que pasaba. Ella reconoce que se equivocó de no haberlo denunciado en su momento. Siente culpa por haber dejado pasar algunos hechos anteriormente. Le daba la sensación que lo dejaba tirado porque él toma medicación por (trastorno de) bipolaridad, depresión y esas cosas”, añadió.
Martínez detalló que en la quinta había albañiles trabajando en una ampliación, pero que las situaciones de violencia ocurrieron cuando estaban solos. “No es que le pasó por la bipolaridad ni nada por el estilo. Siempre pasó cuando no había nadie. Cuando estábamos nosotros, estaba todo perfecto. Maneja la situación o es expeditivo en el momento de hacerlo”, especuló. “Somos cinco varones. Adelante nuestro o cuando estabamos comiendo un asado, nunca hizo nada”, agregó.
El joven confirmó que, además de los antecedente penales (entre ellos, una condena por violencia contra su primera mujer) Gallinger incurrió en otros hechos de ese tipo, como tomarse a piñas con varios clientes y atropellar a un inspector de tránsito en la Plaza San Martín durnate un opertivo.
“Ahora a mi mamá la tengo en casa. Tiene la posesión en la (quinta de la calle) Calandria pero no quier ir sola, hasta que no haya custodia o algo de eso, alguien que esté todo el tiempo, aunque él esté detenido”, reveló. “Va a tener contención y tratamiento porque esto genera un trauma sicológico. No es una situación que uno esté preparado para vivir habitualmente”, acotó.
Uno de los hijos de Gallinger, de 22 años, vive en una habitación, detrás de la sede de la empresa, en la Catamarca. “Hoy se quiso meter por la fuerza. Tomó partido. Incluso tamibén lo denunciamos porque el domingo fue a la quinta con un flete y desvalijaron toda la casa”, señaló Martínez.
“Vamos a pedir custodia para la empresa. Necesito que el personal trabaje tranquilo”, comentó.
El muchacho aseguró que prácticamente está a cargo de la empresa. Y aclaró que su madre es socia gerenta, y no una empleada, como sostuvo el abogado defensor de Gallinger en la audiencia de formalización de este martes.
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