Internacionales | Nueva manifestación y acampe en el sur de Alemania contra el G7

Mientras los jefes de Estado de las potencias se preparan para la cumbre del domingo y lunes próximos, nuevas manifestaciones y acampes de diferentes organizaciones anticapitalistas tuvieron lugar en los alrededores de la pequeña localidad de Elmau, que recibirá el evento. (Foto: quatschbeere.de)

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En medio de un imponente operativo de seguridad, la cumbre reunirá a las siete economías más industrializadas del mundo en el castillo de Elmau -sur de Alemania-, donde la canciller alemana Angela Merkel recibirá a los líderes de Estados Unidos, Barack Obama; Francia, Francois Hollande; Reino Unido, David Cameron; Italia, Matteo Renzi; Canadá, Stephen Harper; y Japón, Shinzo Abe.

En la zona, el operativo de seguridad revivió temporalmente los controles fronterizos abolidos por el acuerdo de Schengen, luego de que 62 personas fueran detenidas en Alemania y otras 350 quedaran varadas en las fronteras.

Previamente, la justicia alemana había fallado que hasta 50 personas podían manifestarse a la vista y oídos del G7.

Los controles en fronteras terrestres, aeropuertos y estaciones de tren intentan evitar que personas "potencialmente violentas" entren en Alemania o se acerquen a la zona de la reunión, informó en un comunicado la dirección de la policía federal germana.

Decenas de ONGs, asociaciones, partidos de izquierda, sindicatos, organizaciones pacifistas y medioambientales reunidos en el colectivo "Stop G7" organizan durante toda la semana diferentes acciones y manifestaciones.

Hoy miles de personas manifestaron pacíficamente en Garmisch-Partenkirchen, la localidad más cercana a Elmau y próxima a la frontera con Austria, mostrando su rechazo al acuerdo transatlántico de comercio e inversión (TTIP) que la Unión Europea (UE) esta negociando con los Estados Unidos, reportó la cadena France 24.

Asimismo, con carteles y cantos denunciaron el costo de la cumbre para el estado de Baviera, que presupuestó 130 millones de euros para una reunión de apenas 24 horas.

Las protestas generaron preocupación entre las autoridades de Alemania, pues temen que deriven en ataques violentos como los registrados a mediados de marzo en Frankfurt durante las protestas anticapitalistas contra la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo (BCE).

Un tribunal administrativo en Munich admitió parcialmente un reclamo contra las restricciones, al autorizar -en defensa de la libertad de reunión- que el domingo hasta 50 manifestantes protestasen a vista y oído del hotel, aunque fuera del cordón más estrecho de seguridad, informó la agencia de noticias DPA.

Más de 20.000 policías (2.000 de ellos austriacos) fueron trasladados al lugar para garantizar la seguridad de la cumbre, tanto en torno al castillo de Elmau como en Munich, Garmisch-Partenkirchen y en la frontera con Austria, informó la agencia de noticias EFE.

El jueves, más de 40.000 personas protestaron en la ciudad de Munich contra el libre comercio, el calentamiento global y la pobreza mundial, en un anticipo de las manifestaciones que se esperan contra la cumbre del G7 que comienza este fin de semana en Alemania.

También el jueves, centenares de personas iniciaron un acampe en el campo que un agricultor prestó a los manifestantes para protestar contra la cumbre del G7 en Garmisch-Partenkirchen, donde mañana y el domingo habrá grandes movilizaciones, en las que se espera también a activistas antisistema radicales y grupos anarquistas.

Para evitar incidentes, desde hace nueve días las fuerzas de seguridad alemanas reintrodujeron temporalmente los controles fronterizos -suspendiendo la libertad de movimiento en el espacio Schengen- y está previsto que durante la cita cierren parte del espacio aéreo del país.

Las autoridades decidieron que entre la mañana del domingo y la tarde del lunes, salvo aviones comerciales, nada -desde avionetas privadas hasta cometas, pasando por parapentes y drones- puede sobrevolar un área de 100 kilómetros de radio en torno al castillo de Elmau.

Desde el sábado ùltimo permanece asimismo cerrado un perímetro de seguridad de 16 kilómetros alrededor del castillo, en torno al que se instaló una verja de tres metros de altura y siete kilómetros de largo para impedir la entrada de extraños.

Télam