Santa Rosa | Condenado a 13 años de prisión por abusar de su nieta
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2015/06/santa-rosa-condenado-13-anos-de-prision.html
La Cámara en lo Criminal de Santa Rosa condenó a un hombre de 69 años a 13 años de prisión por violar a su nieta de 11 años. Los jueces lo encontraro "autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por la calidad de ascendiente del autor (artículo 119 primer y tercer párrafos e inciso b) del cuarto párrafo del Código Penal)".
La resolución fue dictada por los jueces Elvira Rossetti, Miguel Angel Gavazza y Miguel Angel Vagge. Luego del debate oral y público, el tribunal dio por probado que los hechos ocurrieron entre marzo y abril de 2003, cuando la madre de la víctima fue internada en un hospital debido a un estado depresivo. Por esa razón sus dos hijas eran trasladas a la casa de sus abuelos, de donde eran retiradas por su padre.
"La menor (de las chicas) no dormía siesta y se quedaba con su abuela, y el imputado aprovechaba las oportunidades que le ofrecía la soledad en que se encontraba con su nieta para abusar de ella, llevándola de los pelos a la cama y sujetándola con un cinturón para vejarla y violarla en reiteradas ocasiones. El imputado amenazaba a su nieta manifestándole que nunca iba a ver a su madre, con el objeto de que no contara a nadie la desagradable situación en que la ponía, y las libidinosas, sucias y aberrantes prácticas que el nombrado ejercía sobre ella".
La causa se abrió a partir de la denuncia realizada por la madre de la niña, quien luego de varios años pudo contarle lo que había pasado. El abuelo paterno, en todo momento, negó los hechos.
Durante los alegatos, el fiscal Jorge Marcelo Amado pidió para el acusado una condena a 13 años; mientras que el defensor oficial, Alejandro Osio, sostuvo que la inocencia del imputado. Sostuvo que el acceso carnal no fue probado y que, en caso de ser declarado autor, se le impusiera la pena mínima de tres años de prisión en suspenso teniendo en cuenta que pasaron más de doce años de los hechos, más de cinco y medio desde el inicio de la investigación y que está próximo a cumplir 70 años y no tiene antecedentes penales ni contravencionales.
"Este tipo de delito -dijeron los magistrados- demuestra los instintos más perversos de las personas que lo cometen, pues se perpetran en la clandestinidad, con facilidad de hacerlo por parte de los actores que ejercen presión sobre las víctimas indefensas, por lo general por la diferencia contextual, aprovechando los momentos de soledad; instintos que se convierten en doblemente repugnantes cuando son cometidos por padres y abuelos".
"Los dolores y angustias que provocan en las víctimas los abusadores, debe ser reparado porque también debe ser la única exigencia que alberga quien sufre estas consecuencias tan marcadas", agregaron. "Qué otra alternativa que no sea la reparación puede quedar en el ánimo de quien durante mucho tiempo, vive en condiciones de agotamiento, de desesperanza, de pérdida de las ilusiones (...) Indudablemente que todas estas descripciones, y el pensamiento de ellas por parte de los abusadores, lejos deben estar de su conformación humana, que por distintas circunstancias no funciona en el ámbito de la normalidad y de la socialización. Muy por el contrario, tienen la facilidad de lastimar profundamente y dejar huellas imborrables en quienes lo sufren".
iTextual
La resolución fue dictada por los jueces Elvira Rossetti, Miguel Angel Gavazza y Miguel Angel Vagge. Luego del debate oral y público, el tribunal dio por probado que los hechos ocurrieron entre marzo y abril de 2003, cuando la madre de la víctima fue internada en un hospital debido a un estado depresivo. Por esa razón sus dos hijas eran trasladas a la casa de sus abuelos, de donde eran retiradas por su padre.
"La menor (de las chicas) no dormía siesta y se quedaba con su abuela, y el imputado aprovechaba las oportunidades que le ofrecía la soledad en que se encontraba con su nieta para abusar de ella, llevándola de los pelos a la cama y sujetándola con un cinturón para vejarla y violarla en reiteradas ocasiones. El imputado amenazaba a su nieta manifestándole que nunca iba a ver a su madre, con el objeto de que no contara a nadie la desagradable situación en que la ponía, y las libidinosas, sucias y aberrantes prácticas que el nombrado ejercía sobre ella".
La causa se abrió a partir de la denuncia realizada por la madre de la niña, quien luego de varios años pudo contarle lo que había pasado. El abuelo paterno, en todo momento, negó los hechos.
Durante los alegatos, el fiscal Jorge Marcelo Amado pidió para el acusado una condena a 13 años; mientras que el defensor oficial, Alejandro Osio, sostuvo que la inocencia del imputado. Sostuvo que el acceso carnal no fue probado y que, en caso de ser declarado autor, se le impusiera la pena mínima de tres años de prisión en suspenso teniendo en cuenta que pasaron más de doce años de los hechos, más de cinco y medio desde el inicio de la investigación y que está próximo a cumplir 70 años y no tiene antecedentes penales ni contravencionales.
"Este tipo de delito -dijeron los magistrados- demuestra los instintos más perversos de las personas que lo cometen, pues se perpetran en la clandestinidad, con facilidad de hacerlo por parte de los actores que ejercen presión sobre las víctimas indefensas, por lo general por la diferencia contextual, aprovechando los momentos de soledad; instintos que se convierten en doblemente repugnantes cuando son cometidos por padres y abuelos".
"Los dolores y angustias que provocan en las víctimas los abusadores, debe ser reparado porque también debe ser la única exigencia que alberga quien sufre estas consecuencias tan marcadas", agregaron. "Qué otra alternativa que no sea la reparación puede quedar en el ánimo de quien durante mucho tiempo, vive en condiciones de agotamiento, de desesperanza, de pérdida de las ilusiones (...) Indudablemente que todas estas descripciones, y el pensamiento de ellas por parte de los abusadores, lejos deben estar de su conformación humana, que por distintas circunstancias no funciona en el ámbito de la normalidad y de la socialización. Muy por el contrario, tienen la facilidad de lastimar profundamente y dejar huellas imborrables en quienes lo sufren".
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