Caso Etosha: “Hay un perjuicio, pero no una estafa”

MIRÁ EL VIDEO La abogada defensora de Paula Mosley, Vanesa Ranocchia, admitió que la mujer es responsable de un “perjuicio económico” pero “no de una estafa”. La abogada hizo declaraciones en las que confirmó el pedido de quiebra y señaló respecto de la situación penal que “está en etapa de investigación fiscal preliminar”.

Seguí el Caso Estafa Agencia de Viajes

Ranocchia comentó que “se han hecho muchas diligencias por parte de la Fiscalía, han solicitado informes bancarios para constatar la situación de mi defendido y hemos instado en sede Civil el pedido de quiebra atento a la situación económica de mi cliente”.

“No ha habido estafa ni intenciones de defraudar, sin perjuicio de reconocer un daño patrimonial importante ocasionado a muchas personas”, añadió Ranocchia.

Pero aclaró: “una cosa es un perjuicio económico y otra sostener que fue algo deliberado con intenciones de estafar y perjudicar; no ha habido estafa, sí ha habido perjuicio económico y la idea es trabajar para que se puedan reparar esos perjuicios”, insistió ante CPE TV.

La abogada aseguró que “hay voluntad de reparación, estamos trabajando en ese sentido. Se analizan una serie de denuncias, se están viendo otros testimonios para demostrar la situación”.

Repitió que Paula Mosley tenía a su cargo “un negocio absoluamente honesto; por impericia de mi defendida se le termina yendo de las manos y genera estos perjuicios, son reales y existieron”, completó.

Mosley, dueña de la agencia de viajes denunciada por decenas de personas, presentó formalmente el pedido de quiebra. La empresaria, según trascendidos, no tendría bienes a su nombre para responder económicamente ante los damnificados. El local donde funcionaba la agencia, en la calle Garibaldi al 300, no era de ella, sino que lo alquilaba.

Los investigadores del caso, que tiene varias complejidades, tratan de determinar cómo fue el ardid del que resultaron víctimas casi un centenar de personas.

“Etosha Viajes” ofrecía paquetes turísticos en el mercado un 60% más barato que el resto de las empresas locales. La empresaria exigía una condición inmodificable para la contratación de las “ofertas”: el pago por adelantado, en varios casos, con un año de antelación.

Los rumores sobre “algunos problemas” con los pasajes aéreos que se le compraban a Mosley comenzaron un par de meses antes de que estallara el escándalo. Incluso, la misma empresaria habría resuelto varios inconvenientes pagando de su propio bolsillo viajes en la categoría “primera”, cuando en realidad los clientes habían contratado en “clase turista”.

El Diario LP