Historia Pampeana | Teodoro Aramendía. Maestro y Arqueólogo
https://www.lapampadiaxdia.com.ar/2015/09/historia-pampeana-teodoro-aramendia.html
Teodoro Aramendía , destacado educador (maestro en escuelas rurales) y arqueólogo español que desarrolló su fructífera valor en la Argentina.
(Por Emilio A. Fernández - Guatraché) Aramendía nació el 11 de septiembre de 1890 en Echávarri, Valle de Allín, provincia de Navarra, España y falleció en Buenos Aires el 28 de julio de 1955. Defensor de los pueblos originarios,su desempeñó tuvo lugar en distintos puntos del sur argentino desde La Pampa a Tierra del Fuego.
Gregorio Álvarez , el prestigioso hombre de ciencia de la provincia de Neuquén se refería a él de su obra “Neuquén. Historia- Geografía-Toponimia” ( págs. 35-38) en estos términos
“Aramendía no necesita ser presentado bajo el aspecto arqueológico en el cual ya tenía un puesto señalado a la consideración de los hombres de ciencia, aunque la ciencia que le dió mayor relieve, fue la que adquirió allá en los cerros sureños de la patria.
Aunque el tuvo a honra llamarse discípulo de Ameghino es igualmente meritorio llamarle discípulo de los páramo del Neuquén y Patagonia, porque le enseñaron, con la realidad de un invalorable tesoro, el pasado del indio que los habitó.
Su preparación arqueológica ha sido reconocida y valorada por el Museo de Historia Natural al nombrarle su corresponsal adscripto a la sección Geología y una autoridad como Doello Jurado,al proponerlo como benefactor de dicho museo, en vista de su contribución como recolector y donador de materiales arqueológicos y etnográficos que afanosamente había buscado y seguía buscando en el lejano sur.
Su inquietud por adentrarse en el conocimiento etnográfico y sociológico de nuestros indios pehuenches (...)
Sus profundos conocimientos de la pasada edad patagónica hicieron que Parques Nacionales le encargara la búsqueda y recolección de materiales arqueológicos, tarea que le permitió llenar más de 38 cajones.
Aramendía como todos los sabios fue pobre y modesto; sin embargo pudo ser rico y afamado si hubiera escuchado la propuesta foránea de las ventas de las colecciones que ha costa de sacrificios experimentados allá en las soledades desiertas pudo reunir con solícito cariño y patriótico empeño, para jerarquizar con material autóctono las salas de nuestros museos. Pero tuvo una intima satisfacción la del deber a cumplir con el país de su adopción, en el que se sentía consustanciado con lo más recio de su fisiografía: la montaña y la pampa del sur argentino.
Sirvan estas líneas para reconocer y agradecer su valiosa contribución.”
Por su parte Abelardo Álvez , ya fallecido, que a comienzos de la década de 1930 , fuera alumno de Aramendía en la Escuela Nº 149 de Remecó La Pampa, tenía de él un grato recuerdo
Decía que Aramendía tenía a su cargo entre 30 y 40 alumnos, que además de dar clases a los niños de la escuela. Por su cuenta de noche dictaba clases, gratuitamente, a personas mayores, por caso bolseros.
Y también sabía llevar en su automóvil a Guatraché, a gente que requerían asistencia médica y pedía que otra persona los acompañe, por cualquier problema que se pudiese presentar
Don Abelardo consideraba que Aramendía fue un ejemplo, por su manera de proceder y por las enseñanzas por él impartidas. Recordaba que les decía: “Chicos en ningún momento hay que estar ocioso, siempre hay que estar ocupado en algo”.
Aramendía en La Pampa no solo ejerció la docencia sino que entre 1935 y 1937, él junto a su esposa Laura atienden el Museo Regional Pampeano (hoy Museo Provincial de Historia Natural) de Santa Rosa, fundado el 9 de julio de 1935. Aramendía dona gran parte de su colección particular para la constitución del mismo, cuyo proyecto realizó el año anterior.
(Por Emilio A. Fernández - Guatraché) Aramendía nació el 11 de septiembre de 1890 en Echávarri, Valle de Allín, provincia de Navarra, España y falleció en Buenos Aires el 28 de julio de 1955. Defensor de los pueblos originarios,su desempeñó tuvo lugar en distintos puntos del sur argentino desde La Pampa a Tierra del Fuego.
Gregorio Álvarez , el prestigioso hombre de ciencia de la provincia de Neuquén se refería a él de su obra “Neuquén. Historia- Geografía-Toponimia” ( págs. 35-38) en estos términos
“Aramendía no necesita ser presentado bajo el aspecto arqueológico en el cual ya tenía un puesto señalado a la consideración de los hombres de ciencia, aunque la ciencia que le dió mayor relieve, fue la que adquirió allá en los cerros sureños de la patria.
Aunque el tuvo a honra llamarse discípulo de Ameghino es igualmente meritorio llamarle discípulo de los páramo del Neuquén y Patagonia, porque le enseñaron, con la realidad de un invalorable tesoro, el pasado del indio que los habitó.
Su preparación arqueológica ha sido reconocida y valorada por el Museo de Historia Natural al nombrarle su corresponsal adscripto a la sección Geología y una autoridad como Doello Jurado,al proponerlo como benefactor de dicho museo, en vista de su contribución como recolector y donador de materiales arqueológicos y etnográficos que afanosamente había buscado y seguía buscando en el lejano sur.
Su inquietud por adentrarse en el conocimiento etnográfico y sociológico de nuestros indios pehuenches (...)
Sus profundos conocimientos de la pasada edad patagónica hicieron que Parques Nacionales le encargara la búsqueda y recolección de materiales arqueológicos, tarea que le permitió llenar más de 38 cajones.
Aramendía como todos los sabios fue pobre y modesto; sin embargo pudo ser rico y afamado si hubiera escuchado la propuesta foránea de las ventas de las colecciones que ha costa de sacrificios experimentados allá en las soledades desiertas pudo reunir con solícito cariño y patriótico empeño, para jerarquizar con material autóctono las salas de nuestros museos. Pero tuvo una intima satisfacción la del deber a cumplir con el país de su adopción, en el que se sentía consustanciado con lo más recio de su fisiografía: la montaña y la pampa del sur argentino.
Sirvan estas líneas para reconocer y agradecer su valiosa contribución.”
Por su parte Abelardo Álvez , ya fallecido, que a comienzos de la década de 1930 , fuera alumno de Aramendía en la Escuela Nº 149 de Remecó La Pampa, tenía de él un grato recuerdo
Decía que Aramendía tenía a su cargo entre 30 y 40 alumnos, que además de dar clases a los niños de la escuela. Por su cuenta de noche dictaba clases, gratuitamente, a personas mayores, por caso bolseros.
Y también sabía llevar en su automóvil a Guatraché, a gente que requerían asistencia médica y pedía que otra persona los acompañe, por cualquier problema que se pudiese presentar
Don Abelardo consideraba que Aramendía fue un ejemplo, por su manera de proceder y por las enseñanzas por él impartidas. Recordaba que les decía: “Chicos en ningún momento hay que estar ocioso, siempre hay que estar ocupado en algo”.
Aramendía en La Pampa no solo ejerció la docencia sino que entre 1935 y 1937, él junto a su esposa Laura atienden el Museo Regional Pampeano (hoy Museo Provincial de Historia Natural) de Santa Rosa, fundado el 9 de julio de 1935. Aramendía dona gran parte de su colección particular para la constitución del mismo, cuyo proyecto realizó el año anterior.
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