Santa Rosa | Dos condenas por violencia: "¿Querés que te pegue hasta matarte?"

Los jueces de control Mauricio Piombi y Néstor Ralli dictaron en juicios abreviados dos condenas por violencia de género a seis y diez meses de prisión en suspenso, respectivamente. Qué contaron las víctimas.

Piombi condenó a Jorge N., un carpintero de 43 años, a la pena de seis meses de prisión en suspenso por ser autor de los delitos de lesiones leves calificadas por el vínculo y desobediencia judicial (artículos 92 en relación con el 89 y el 80 inciso 1° y 239, del Código Penal), informó Prensa del Superior Tribunal de Justicia.

Además le impuso como reglas de conducta, por el término de un año y bajo apercibimiento de revocarle la condicionalidad en caso de incumplimiento, la obligación de fijar residencia, abstenerse de relacionarse de modo alguno con la víctima y someterse a un tratamiento y abordaje efectivo de su problemática con adicciones.

La resolución fue consecuencia de un pedido de juicio abreviado elevado por el fiscal Fernando Fassina, la defensora oficial Mariel Annecchini y el imputado, quien aceptó la autoría del hecho y la sanción a recibir.

A partir del análisis de las pruebas colectadas durante la investigación fiscal preparatoria, y también con el reconocimiento efectuado por el propio imputado, quedó probado que el 16 de noviembre del año pasado, cuando se encontraba junto a su pareja en la casa que compartían, y luego de una discusión, le dio una patada en el rostro –provocándole lesiones– y se fue del lugar.

A su vez, Piombi también dio por demostrado que el acusado incumplió una restricción de acercamiento homologada por la jueza de control, María Florencia Maza, el 16 de noviembre, ya que "realizó llamadas telefónicas y envió mensajes de texto de manera constante a la mujer, manifestándole su deseo de retomar la relación y profiriéndole insultos"; así como también el 15 de diciembre "se paró del otro lado de la ruta donde se encuentra el lugar de trabajo (de la víctima) y le manifestó insultos y en reiteradas oportunidades transitó en su vehículo dando vueltas por el domicilio" de ella.

Finalmente, en un tercer legajo, se dio por hecho que el 13 de enero de este año, volvió a violar una orden de restricción –dictada por Maza en noviembre– ya que cuando su pareja se hallaba en la calle Lagos, entre Gil y 25 de Mayo, reiteró los insultos y le profirió amenazas de muerte.

En su sentencia, Piombi incorporó informes oficiales, al indicar que "se trataría de una relación de violencia de género de larga data, en la cual la violencia habría estado instituida" y que la mujer "se encuentra inmersa en una situación de alto riesgo, con la posibilidad de que se sucedan nuevos episodios de violencia".

Por su parte, Ralli, condenó a Jonathan O., un empleado de una distribuidora de 25 años, a la pena de diez meses de prisión en suspenso por ser autor de los delitos de amenazas simples en concurso real con lesiones leves calificadas por la relación de pareja existente (artículos 149 bis, primer párrafo, primer supuesto; 89 en relación con el 92 y 80 inciso primero; y 55 del Código Penal), informó el STJ.

A su vez le fijó, durante dos años, como reglas de conducta que fije domicilio, se someta al cuidado del Patronato de Liberados, no se acerque a menos de 200 metros del domicilio de la víctima ni mantenga contacto con ella y realice un tratamiento psicoterapéutico.

El fallo fue dictado tras admitirse un pedido de juicio abreviado formulado el 10 de este mes por la fiscala, Leticia Pordomingo, la defensora oficial Paula Arrigone y el imputado. Un informe de la Unidad Funcional de Género, incorporada como prueba, concluyó que la víctima "habría sido víctima de violencia de género durante la relación con el señor de manera sostenida, evidenciándose en la misma indicadores de vulnerabilidad y afectación psicoemocional producto de tal situación".

Ralli sostuvo que el 10 de mayo pasado, a la noche, fue en su moto a buscar a su pareja al domicilio de una amiga y cuando ella le pidió que aminorara la marcha, el imputado le respondió: "Callate, porque te voy a quebrar la mandíbula". Luego al llegar a la vivienda que compartían, la insultó y la mujer comenzó a llorar. "Dejá de llorar. No me provoqués porque me dan ganas de pegarte, o ¿querés que te pegue hasta matarte?", le dijo.

Entonces, cuando la víctima le solicitó terminar con la relación, él la tomó del cabello, le propinó golpes de puño en el pecho y le retorció la muñeca derecha. La mujer se cayó al piso. El acusado continuó pegándole. "Te voy a romper la cabeza a patadas", le dijo en ese momento. La víctima alcanzó a avisarle a su tío. En ese momento le quitó el teléfono, le golpeó la cabeza contra la heladera y la pared y, antes de irse, le profirió: "Sos tan nena que llamas a tu familia para que te vengan a defender".

 

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