Santa Rosa | Arquitectos proponen viviendas sociales en el ex Molino Werner

Tres arquitectos recientemente recibidos, uno de ellos santarroseño, propusieron, a través de su tesis de grado, construir viviendas sociales en el predio del ex Molino Werner. Aseguraron que su alquiler de tarifa social generaría precios referenciales en el mercado inmobiliario. (Foto Archivo)

El proyecto de refuncionalización del viejo edificio fue presentado en la tesis de grado de tres recientes arquitectos egresados de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba: Ezequiel Trusendi, de Marcos Juárez, Federico Vicario, de Río Tercero y Julián Troncoso, de Santa Rosa.

La intención de los profesionales fue recuperar un patrimonio histórico a partir de la vivienda, es decir, con un proyecto residencial y no de caracter institucional como lo fueron todas las propuestas hasta ahora proyectadas.

En el trabajo partieron de la base de que los planes habitacionales desarrollados por el Estado consisten en viviendas monótonas, que se encuentran habitualmente en la periferia. Es decir, que en determinados casos, se ha expulsado a los sectores más vulnerables hacia los bordes de la ciudad. Además existe una lógica de repetición de vivienda, unifamiliar y en lote único.

La intervención

La idea que lanzaron los flamantes arquitectos fue intervenir el ex Molino en forma conjunta entre el sector privado y el Estado.

"La propuesta está compuesta por cinco elementos, con hincapié en la vivienda colectiva tanto privada como social. El bloque principal, utilizando al edificio del molino propiamente dicho como contenedor, estaría compuesto por viviendas sociales de alquiler, propiedad del Estado municipal, viviendas que no solo colaborarían a sanear la demanda habitacional, sino que además su alquiler de tarifa social generaría precios referenciales en el mercado inmobiliario", explicaron.

"Un segundo y tercer bloque de viviendas colectivas en altura, ubicados a uno y otro lado del molino pertenecientes a un privado. Y por último, el conjunto se completa con un mercado que da alojamiento estable a una feria (que actualmente se realiza sólo los fines de semana) y el espacio sin construìr donde se abrirla un parque totalmente público que ocupa el 50% de la superficie total del área de intervención, que se filtra entre las edificaciones preexistentes y propuestas", precisaron los autores del proyecto.

Construcción hacia arriba

Para la consutrcción de las viviendas los arquitectos tuvieron en cuenta la normativa vigente en el sector, la cual por considerar a la zona área especial permite crecer hasta una altura de 60 metros. "Desechamos esta oportunidad y optamos por reproducir las alturas del molino revalorizándolo mediante una relación respetuosa para con el mismo. Esta estrategia no solo valora el patrimonio sino que permite una redistribución de visuales, luces y sombras", afirmaron.

En lo que respecta al lenguaje arquitectónico, el proyecto propone utilizar el ladrillo común, material no solo conocido por la mano de obra local sino que dialoga en color y textura con el material predominante en el exmolino harinero, en una clara intención de respeto hacia el edificio de valor patrimonial.

"Este mismo material, utilizado de diversas maneras, no sólo responde a protecciones climáticas y al mencionado diálogo con el edificio, sino que acentúa en fachada la diversidad programática que el interior del edificio posee", agregaron los autores.

 

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