Santa Rosa | Caso Baiotti: Piden 25 años para Weber
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La sentencia se conocerá el próximo lunes 30 de mayo. "Mintió y revictimizó a Baiotti", sostuvo la fiscal. (Foto Archivo)
La fiscal Cecilia Martini pidió este viernes que se condene a Alejandro Weber con una dura pena por el intento de femicidio de su expareja, Angelina Baiotti: 25 años de prisión.
La fiscal Cecilia Martini pidió este viernes que se condene a Alejandro Weber con una dura pena por el intento de femicidio de su expareja, Angelina Baiotti: 25 años de prisión.
En cambio, el defensor, José Mario Aguerrido, estimó que solo deben condenarlo por lesiones gravísimas, un delito que prevé penas mucho menores, bajo el atenuante de emoción violenta.
La sentencia se conocerá el lunes 30 de mayo al mediodía luego de que la firmen los jueces de audiencia Aníbal Olié, Gastón Boulenaz y Carlos Besi. "Vos y yo sabemos la verdad de lo que pasó. No fue adrede", dijo Weber cuando tuvo la oportunidad de la última palabra. Los jueces lo retaron porque le habló directamente a la víctima.
"Yo te pido perdón adelante de todos. No puedo creer que yo como persona haya hecho eso esa noche. Le busqué la vuelta todo el año, hay segundos que no los tengo. No hubo premeditación. Angelina estuvo toda la mañana en mi casa. En ningún momento tuve intenciones de hacerla nada. Es algo muy tonto ir a buscar a alguien al centro", añadió. "Les pido una oportunidad por mi y por mis hijas. No le deseo a nadie lo que estoy pasando. Es trata de sobrevivir todos los días estar preso. Pido una oportunidad, nada más", completó, esta vez si mirando a los jueces.
Weber estuvo detenido una noche y la justicia le aplicó una restricción de acercamiento. La fiscal dijo que ante la pérdida de dominio, Weber intentó acercarse a través de una carta que envió a sus hijas y persistió en el acoso.
“Al advertir que se encuentra firme en la decisión, él sigue con el hostigamiento y el 30 de mayo averigua dónde está, habla con su hija y había salido a comprar un caloventor sola, y la encuentra sola e indefensa. Ella lo ve venir, ve que apaga las luces del auto, él le dice algo dentro del automotor, intenta escaparse, y él baja, toma la escopeta y le da un tiro por la espalda”, relató.
Martini dijo que si bien no se encontró el arma las pruebas certifican que Weber efectuó el disparo. “Actuó en un total estado total de indefensión de Angelina. Decidió hacer el acto que había premeditado”, consideró, e hizo referencia a una nota que había escrito en las horas previas en la que advertía que se iba a “mandar una macana”.
Además en el mensaje dejaba dicho con quién debían quedarse sus hijas y da instrucciones para el sostenimiento económico de sus hijas.
La fiscal indicó que Baiotti aún tiene 40 perdigones alojados en el hígado. Y que el disparo se efectúo a menos de dos metros de distancia.
El móvil del ataque es “una necesidad de dominio y de mantener el control cuando veía que esa cosa que era suya se le escapaba de las manos”.
Dijo que Weber mintió para aliviar su situación con “excusas”. “Ejerce este machismo y patriarcado del que aún no ha logrado desprenderse. Habla de cómo se vestía Angelina, le pide salir en libertad para seguir manteniéndola sin darse cuenta de lo que hizo. El arrepentimiento es un acting de una situación que le conviene en este momento”, remarcó.
“Referencia supuestas infidelidades, que son imaginarias, pero si hubieran ocurrido no tienen nada que ver con que le disparara con un arma. En vez de defenderse ratificó su condición de machista y dominador. Justifica los graves ataques con infidelidades pero después desistió del testimonio de estas personas que nombró con nombre y apellido. Está mintiendo”, ratificó.
“No pudo tolerar que su mujer se fuera de su casa”, reafirmó. Indicó que los peritos manifestaron que Weber comprende la criminalidad de sus actos y que recordó que sugestivamente en su declaración recuerda “lo que le conviene y lo que no le conviene no”. Así descartó un estado de amnesia como el que aduce la defensa.
Dejó de lado un ataque de ira o un trastorno mental transitorio porque en situaciones anteriores –supuestamente encontró a su mujer con otro hombre en la cama- se mantuvo en calma. Por eso insistió con la hipótesis de la premeditación y rechazó que una mala palabra en referencia a su virilidad lo haya hecho “explotar sin saber qué hizo” para tomar un arma que tenía cargada en su auto.
De esta forma, rechazó que el imputado haya actuado bajo emoción violenta. “Cometió el acto consciente y con intención. Y preparó el terreno. Obró sobre seguro. El la quería matar. Angelina no se muere por razones extrañas a él”, reflexionó.
Interpretó que no hay atenuantes de la conducta de Weber y sí agravantes por el vínculo entre victimario y víctima, la utilización de un arma de fuego, la alevosía de su accionar y el encuadre de violencia de género.
Martini justificó el pedido de una severa condena -25 años sobre un máximo de 28- porque las consecuencias sobre la víctima "no se van a borrar más porque le extrajeron órganos, perdió la capacidad de uno de sus miembros superiores y se encuentra viva de milagro" y además porque el acusado intentó defenderse "tratando de atorranta y mintiendo infidelidades" de Baiotti.
"Articuló una defensa deshonesta y desleal. En lugar de defenderse la revictimizó", subrayó.
En su alegato manifestó que el ataque se produjo en el marco de “una historia vital” que no se puede desconocer, una "pareja disfuncional" y una "relación enfermiza".
Sobre la denuncia de una amenaza con un cuchillo, Aguerrido sostuvo que hubo una discusión y que no hay testigos que ratifiquen el relato de Baiotti ya que no se pidió la declaración de las niñas. Solicitó la absolución y dijo que si hay condena debe ser por amenazas simples y no agravadas por el uso de un arma blanca.
Con respecto al ataque del 30 de mayo, el abogado reconoció que “el hecho ocurrió y está probado” pero planteó que Weber actuó bajo un estado sicológico caracterizado como emoción violenta. Sostuvo que eso es un atenuante.
Por otro lado, manifestó que si los jueces considerasen que actuó en forma consciente, deben tener en cuenta que renuncia o abandona la intención de matarla cuando se va del lugar dejándola herida. “No existió una acción de remate”, distinguió.
Además, dijo que Weber no verificó si había cumplido con su designio y se fue a pesar de que el horario y el lugar donde ocurrió el ataque hacia evidente que la víctima sería auxiliada. "Posiblemente tenía intención de causar un daño. Pero no estaba acreditado que quería matarla", aseveró.
Aguerrido opinó que su defendido debe ser condenado solo por el delito de lesiones gravísimas.
Afirmó que Weber se bajó del auto "en estado de conmoción" y no calculó si había testigos o no. Recordó que una testigo relató que le gritó varias veces y él ni siquiera lo percibió.
"Weber tiene la misma versión desde el primer día. Que buscó el arma y después no se acuerda nada. Nunca cambió el relato. No hay fabulación, fue descartada por los sicólogos", contradijo a la fiscal.
El letrado dio crédito a que la frase "encontré un hombre que me coge mejor que vos" actuó como disparador de un ataque de ira de su defendido. Insistió en que hubo un trastorno mental transitorio a partir de ese momento, que explica que el imputado no recuerde los segundos del ataque. "Fue la gota que rebalsó el vaso. Desde un primer momento me dijo que se había mandado una cagada, que se tenía que hacer cargo, pero que no sabía qué había pasado", insistió.
Aguerrido admitió que ese trastorno de conciencia, "un cortocircuito, una desconexión de la realidad", no puede derivar en inimputabilidad, pero defendió que se lo tome como un atenuante o como una imputabilidad disminuida a la hora de dictar sentencia. "No hablamos de un sujeto inimputable sino a facultades disminuidas que limitan su imputabilidad", cerró.
Finalmente admitió que "el hecho fue salvaje e injustificable", pero repitió que Weber procedió condicionado por "una explosión emocional" y expresó su arrepentimiento durante el debate. Rechazó la premeditación porque podría haber buscado otro momento y lugar para hacerlo. "Acá hubo un disparador, es inocultable", concluyó.
"Vio que se le iba de las manos"
La fiscala Cecilia Martini juzgó acreditado que el 1 de mayo del año pasado, a la tarde, Weber amenazó con un arma blanca a Baiotti delante de sus dos hijas de 13 y 7 años y le dijo que si lo dejaba la mataba. Lo denunció y se fue a vivir a la casa de su madre, además de iniciar una terapia por la violencia física y sicológica sufrida durante 14 años de convivencia “tortuosa” y su estado de vulnerabilidad.Weber estuvo detenido una noche y la justicia le aplicó una restricción de acercamiento. La fiscal dijo que ante la pérdida de dominio, Weber intentó acercarse a través de una carta que envió a sus hijas y persistió en el acoso.
“Al advertir que se encuentra firme en la decisión, él sigue con el hostigamiento y el 30 de mayo averigua dónde está, habla con su hija y había salido a comprar un caloventor sola, y la encuentra sola e indefensa. Ella lo ve venir, ve que apaga las luces del auto, él le dice algo dentro del automotor, intenta escaparse, y él baja, toma la escopeta y le da un tiro por la espalda”, relató.
Martini dijo que si bien no se encontró el arma las pruebas certifican que Weber efectuó el disparo. “Actuó en un total estado total de indefensión de Angelina. Decidió hacer el acto que había premeditado”, consideró, e hizo referencia a una nota que había escrito en las horas previas en la que advertía que se iba a “mandar una macana”.
Además en el mensaje dejaba dicho con quién debían quedarse sus hijas y da instrucciones para el sostenimiento económico de sus hijas.
La fiscal indicó que Baiotti aún tiene 40 perdigones alojados en el hígado. Y que el disparo se efectúo a menos de dos metros de distancia.
El móvil del ataque es “una necesidad de dominio y de mantener el control cuando veía que esa cosa que era suya se le escapaba de las manos”.
Dijo que Weber mintió para aliviar su situación con “excusas”. “Ejerce este machismo y patriarcado del que aún no ha logrado desprenderse. Habla de cómo se vestía Angelina, le pide salir en libertad para seguir manteniéndola sin darse cuenta de lo que hizo. El arrepentimiento es un acting de una situación que le conviene en este momento”, remarcó.
“Referencia supuestas infidelidades, que son imaginarias, pero si hubieran ocurrido no tienen nada que ver con que le disparara con un arma. En vez de defenderse ratificó su condición de machista y dominador. Justifica los graves ataques con infidelidades pero después desistió del testimonio de estas personas que nombró con nombre y apellido. Está mintiendo”, ratificó.
“No pudo tolerar que su mujer se fuera de su casa”, reafirmó. Indicó que los peritos manifestaron que Weber comprende la criminalidad de sus actos y que recordó que sugestivamente en su declaración recuerda “lo que le conviene y lo que no le conviene no”. Así descartó un estado de amnesia como el que aduce la defensa.
Dejó de lado un ataque de ira o un trastorno mental transitorio porque en situaciones anteriores –supuestamente encontró a su mujer con otro hombre en la cama- se mantuvo en calma. Por eso insistió con la hipótesis de la premeditación y rechazó que una mala palabra en referencia a su virilidad lo haya hecho “explotar sin saber qué hizo” para tomar un arma que tenía cargada en su auto.
De esta forma, rechazó que el imputado haya actuado bajo emoción violenta. “Cometió el acto consciente y con intención. Y preparó el terreno. Obró sobre seguro. El la quería matar. Angelina no se muere por razones extrañas a él”, reflexionó.
Interpretó que no hay atenuantes de la conducta de Weber y sí agravantes por el vínculo entre victimario y víctima, la utilización de un arma de fuego, la alevosía de su accionar y el encuadre de violencia de género.
Martini justificó el pedido de una severa condena -25 años sobre un máximo de 28- porque las consecuencias sobre la víctima "no se van a borrar más porque le extrajeron órganos, perdió la capacidad de uno de sus miembros superiores y se encuentra viva de milagro" y además porque el acusado intentó defenderse "tratando de atorranta y mintiendo infidelidades" de Baiotti.
"Articuló una defensa deshonesta y desleal. En lugar de defenderse la revictimizó", subrayó.
"Sabía lo que hacía"
El querellante Pablo Maldini adhirió plenamente al pedido de la fiscalía. "Sabía lo que hacía y lo hizo igual. Quiso matar. Estamos hablando de una pena reducida, no de perpetua, porque Angelina se salvó. Considero que el tribunal debería acercarse al máximo de la pena prevista, en este caso, 28 años de prisión", dijo.Un "cortocircuito" como atenuante
El defensor José Mario Aguerrido pidió que se condene a su defendido por un delito más leve, lesiones gravísimas, y con el atenuante de haber actuado bajo emoción violenta.En su alegato manifestó que el ataque se produjo en el marco de “una historia vital” que no se puede desconocer, una "pareja disfuncional" y una "relación enfermiza".
Sobre la denuncia de una amenaza con un cuchillo, Aguerrido sostuvo que hubo una discusión y que no hay testigos que ratifiquen el relato de Baiotti ya que no se pidió la declaración de las niñas. Solicitó la absolución y dijo que si hay condena debe ser por amenazas simples y no agravadas por el uso de un arma blanca.
Con respecto al ataque del 30 de mayo, el abogado reconoció que “el hecho ocurrió y está probado” pero planteó que Weber actuó bajo un estado sicológico caracterizado como emoción violenta. Sostuvo que eso es un atenuante.
Por otro lado, manifestó que si los jueces considerasen que actuó en forma consciente, deben tener en cuenta que renuncia o abandona la intención de matarla cuando se va del lugar dejándola herida. “No existió una acción de remate”, distinguió.
Además, dijo que Weber no verificó si había cumplido con su designio y se fue a pesar de que el horario y el lugar donde ocurrió el ataque hacia evidente que la víctima sería auxiliada. "Posiblemente tenía intención de causar un daño. Pero no estaba acreditado que quería matarla", aseveró.
Aguerrido opinó que su defendido debe ser condenado solo por el delito de lesiones gravísimas.
Afirmó que Weber se bajó del auto "en estado de conmoción" y no calculó si había testigos o no. Recordó que una testigo relató que le gritó varias veces y él ni siquiera lo percibió.
"Weber tiene la misma versión desde el primer día. Que buscó el arma y después no se acuerda nada. Nunca cambió el relato. No hay fabulación, fue descartada por los sicólogos", contradijo a la fiscal.
El letrado dio crédito a que la frase "encontré un hombre que me coge mejor que vos" actuó como disparador de un ataque de ira de su defendido. Insistió en que hubo un trastorno mental transitorio a partir de ese momento, que explica que el imputado no recuerde los segundos del ataque. "Fue la gota que rebalsó el vaso. Desde un primer momento me dijo que se había mandado una cagada, que se tenía que hacer cargo, pero que no sabía qué había pasado", insistió.
Aguerrido admitió que ese trastorno de conciencia, "un cortocircuito, una desconexión de la realidad", no puede derivar en inimputabilidad, pero defendió que se lo tome como un atenuante o como una imputabilidad disminuida a la hora de dictar sentencia. "No hablamos de un sujeto inimputable sino a facultades disminuidas que limitan su imputabilidad", cerró.
Finalmente admitió que "el hecho fue salvaje e injustificable", pero repitió que Weber procedió condicionado por "una explosión emocional" y expresó su arrepentimiento durante el debate. Rechazó la premeditación porque podría haber buscado otro momento y lugar para hacerlo. "Acá hubo un disparador, es inocultable", concluyó.
El Diario LP
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