#EvangeliodelDía | Confianza en el amor de Cristo
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= Imagen: WEB = |
Marcos 8, 14-21. Tiempo Ordinario. Los discípulos tenían miedo como también nosotros tenemos miedo de afrontar los desafíos del día a día.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 13-21
En aquel tiempo, Jesús volvió a embarcarse para ir al otro lado del lago.
Se habían olvidado de llevar algo de comer, y solamente tenían un pan
en la barca. Jesús les advirtió: -Miren, cuídense de la levadura de los
fariseos y de la levadura de Herodes.
Los discípulos comentaban entre
sí que no tenían pan. Jesús se dio cuenta, y les dijo: -¿Por qué dicen
que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni se dan cuenta? ¿Tienen tan
cerrado el entendimiento? ¿Tienen ojos y no ven, y oídos y no oyen? ¿No
se acuerdan? Cuando repartí los cinco panes entre cinco mil hombres,
¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? Ellos contestaron:
-Doce. –Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas
canastas recogieron? Contestaron: -Siete. Entonces les dijo: -¿Todavía
no entienden?
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Oración introductoria
Abre, Señor, nuestros corazones para saber escuchar tu voz. Abre, Señor, nuestros ojos porque somos ciegos y muchas veces no vemos el infinito amor que nos tienes. Permítenos verte para que siempre podamos seguirte y podamos cumplir tu voluntad tu voluntad. Déjanos ponernos en tus manos para que tú nos moldees de acuerdo a tus designios y podamos descubrir la paz y alegría de sabernos hijos tuyos.
Petición
Señor, que descubramos tu amor en la vida cotidiana.
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Meditación del Papa Francisco
Los discípulos fueron entusiastas, preparaban programas, planes para la futura organización de la Iglesia naciente, discutían sobre quién era el más grande e impedían hacer el bien en el nombre de Jesús a los que no pertenecían a su grupo.[…]
Los discípulos no comprendían: Lo entiendo, los discípulos querían eficacia, querían que la Iglesia siga adelante sin problemas y esto puede convertirse en una tentación para la Iglesia: ¡la Iglesia del funcionalismo! ¡La Iglesia bien organizada! ¡Todo bien pero sin memoria y sin promesa! Esta Iglesia así, no avanzará: será la Iglesia de la lucha por el poder, será la Iglesia de los celos entre los bautizados, y muchas otras cosas que están allí cuando no hay memoria ni promesa.
Por lo tanto, la vitalidad de la Iglesia no está dada por los documentos y reuniones para planificar y hacer bien las cosas: estas son realidades necesarias, pero no son el signo de la presencia de Dios. (S.S. Francisco, 30 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta)
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Reflexión
Los discípulos tenían miedo como también nosotros tenemos miedo de afrontar los desafíos del día a día. Su atención estaba centrada más en el resolver las cuestiones y problemas del momento y no tanto en mirar al Maestro que siempre estaba con ellos.
¿Teniendo ojos no veis y oídos no oís? Les replica el Señor. Están con Dios y aún así sus ojos se centran en otras realidades y dudan del poder infinito del Señor. Habían visto los milagros y su poder pero prefieren poner la confianza en sus propias fuerzas humanas. Jesús ya se los había dicho: Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura (Mt 6,33). Pero les faltaba confiar. Muchas veces afrontamos las dificultades sin mirar al Señor que siempre está con nosotros y quiere ayudarnos. Qué fácil es caer en el cansancio y el tedio cuando afrontamos solos las luchas de cada día.
Miremos al Señor y pongamos nuestras angustias y alegrías en Él. Lo que más le duele a Cristo es que dudemos de su amor. Él nunca se va a cansar de acompañarnos y demostrarnos su amor. Tal vez no sabemos ver, al igual que los discípulos, esos milagros y continuas muestras de amor que tiene con nosotros. Hagamos nuestra esa llamada de atención que le hace Jesús a sus apóstoles ¿Teniendo ojos no veis y oídos no oís?... Dios está con nosotros y solo busca que seamos felices. Confiemos en Él.
La confianza en el amor de Dios por cada uno de nosotros en particular es la causa y la fuente de la verdadera alegría porque nos sentimos realmente hijos amados y predilectos de Dios. Busquemos en nuestras vidas ser reflejo del amor a Dios. Transmitamos la alegría de sabernos hijos amados de Dios a todos los que nos rodean sin importar lo poco o mucho que nos agraden los demás.
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Propósito
Buscaré siempre descubrir las muestras de amor que Dios me tiene para acrecentar mi confianza y amor en Él.
Diálogo con Cristo
Jesús, no permitas que dude de tu amor. Sabes bien lo débil que soy y lo fácil que olvido el infinito amor que me tienes. Tómame de la mano y ayúdame a afrontar las dificultades cotidianas sabíendo siempre qué Tú estás conmigo y nunca me dejarás sólo.
Por: Julián Higuera | Fuente: Catholic.net