#NuevoGobierno | Diagnóstico de Milei: “Los políticos no son Dios, sino causa de los problemas”
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En su mensaje sobre las medidas de desregulación, el Presidente volvió a hacer una descripción de la realidad argentina y culpó a "la casta” por los problemas del país.
Al comenzar su mensaje, el presidente Javier Milei trazó un cuadro duro, con aspectos ya conocidos, sobre la realidad en la que dijo encontrar la Argentina.
Principales conceptos
- Hoy es un día histórico para nuestro país. Después de décadas de fracasos, empobrecimiento, decadencia y anomia, comenzamos formalmente el camino de la reconstrucción.
- Desde que asumimos, hace tan sólo 8 días hábiles, hemos estado enfocados en intentar contener la enorme crisis que heredamos. Para eso, diseñamos un plan de estabilización de shock, que comprende un programa de ajuste fiscal, una política cambiaria que sinceró el tipo de cambio al valor de mercado y una política monetaria que incluye el saneamiento del Banco Central.
- Estamos haciendo nuestro máximo esfuerzo para intentar disminuir los efectos trágicos de lo que puede ser la peor crisis de nuestra historia, producto de décadas de gobiernos que han insistido con recetas fracasadas. Porque, como dijimos durante todos estos meses, el problema no es el chef, sino la receta.
- Esas ideas que fracasaron en la Argentina son las mismas ideas que han fracasado a lo largo y a lo ancho del planeta, porque allí donde se intentaron han sido un fracaso en lo económico, han sido un fracaso en lo social, han sido un fracaso en lo cultural. Y, encima, les han costado la vida a millones de seres humanos.
- Esa doctrina, que algunos podrían llamar "izquierda", "socialismo", "fascismo", "comunismo", y que a nosotros nos gusta catalogar como "colectivismo", es una forma de pensamiento que diluye al individuo en favor del poder del Estado.
- (Ese) es el fundamento básico del modelo de la casta. Es una doctrina de pensamiento que parte de la idea de que un grupo de burócratas, sentado en una oficina, puede planificar la vida de millones de seres humanos, considerando sus deseos, capacidades, referencias y circunstancias.
- Es una doctrina que considera que los políticos, en consecuencia, son omnipresentes, omniscientes y omnipotentes, es decir que, en esencia, es una doctrina que considera que los políticos son Dios.
- Pues bien, nosotros hemos venido a decirles que los políticos no sólo no son Dios, sino que son la causa de nuestros problemas, porque durante décadas han defendido estas ideas empobrecedoras de las que hablamos, mientras ellos se hacían cada vez más ricos.
- Porque es la implementación inclemente de estas ideas por más de 100 años lo que nos llevó, poco a poco, peldaño por peldaño, al infierno económico que vivimos hoy.
- El proceso ha sido paulatino y, en este camino, nos hemos acostumbrado y tomado como normales intromisiones estatales, que son las causas de nuestros problemas.
- Recibimos la peor herencia de la historia: un país con déficit consolidado de 15% del PBI, donde el 5% del déficit es del Tesoro y 10%, del Banco Central.
- Un país que gasta tanto, que no le alcanza para pagarlo ni siquiera con la presión impositiva en blanco más alta del mundo.
- Un país sin reservas en el Banco Central y con su confianza crediticia destruida.
- Un país que ha emitido dinero por 20 puntos del PBI para financiar ese gasto público y que ahora, producto de esa emisión desenfrenada, enfrenta su peor crisis inflacionaria en 40 años.
- Un país que iba camino a estrellarse contra una inflación anual del 15.000% y que requiere un cambio de rumbo urgente para evitar el desastre.
- Ese cambio comienza hoy.
- Un aspecto central del fracaso de los últimos 100 años es la incoherencia del Estado, que ha tenido en la vida de los ciudadanos.
- De esa creencia de que los políticos son seres superiores que deben regir los destinos de cada uno de nosotros, se desprende un andamiaje institucional que hace que nadie pueda trabajar, comerciar, circular o educarse sin el permiso de ellos.
- Mientras que en una sociedad libre todo está permitido, salvo lo que está prohibido, en una sociedad colectivista como la Argentina todo está prohibido, salvo lo que está permitido por los políticos, en clara oposición al espíritu de nuestra Constitución liberal, que pretendía restringir el poder arbitrario del Estado en defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los individuos.
- Durante los últimos 100 años, los políticos se han ocupado de expandir el poder del Estado en detrimento de los argentinos de bien.
- Esta expansión del Estado ha venido acompañada de la mayor destrucción de riqueza de un país en lo que se tenga registro.
- Nuestro país, que a principios del siglo XX era la primer potencia mundial, a lo largo de los últimos 100 años se ha visto enfrascado en un ciclo interminable de crisis, que todas tienen en sus orígenes la misma causa: el déficit fiscal. De hecho, de los últimos 123 años, en 113 hemos tenido déficit fiscal y, de las 22 crisis que los argentinos sufrimos en nuestra historia, 20 han tenido origen fiscal .
- Pero, como la clase política no ha querido atacar nunca la causa de nuestros problemas, han recurrido sistemáticamente a la deuda, la emisión monetaria o la suba de impuestos para paliar este déficit.
- La consecuencia de esas decisiones es que la Argentina es el máximo defaulteador serial del mundo: le hemos quitado 13 ceros a la moneda; hemos destruido cinco signos monetarios; hemos tenido dos hiperinflaciones sin guerras y tenemos la presión impositiva en blanco más alta del mundo.
- Lo que debe entenderse es que el problema es el déficit y que las soluciones a las que los políticos recurren, lejos de arreglar el problema, lo empeoran.
- La utilización de la deuda como mecanismo continuo de financiamiento del déficit, el inevitable default, lo que produce es el incremento del riesgo país, la suba en la tasa de interés, la caída de la inversión y, finalmente, salarios reales miserables.
- La emisión monetaria, como ha sido demostrado teórica y empíricamente, es la única causa de la inflación. Es un impuesto regresivo encubierto, que entorpece la señal de precios y destruye la inversión el poder adquisitivo de los argentinos.
- El aumento indiscriminado y continuo de impuestos atenta contra el derecho de propiedad de los argentinos, contra el ahorro, la inversión y, en consecuencia, genera también salarios reales miserables.
- Para solucionar los problemas que causan los distintos mecanismos con que los políticos intentan financiar el déficit, en vez de afrontar la causa que es el déficit fiscal, los políticos introducen regulaciones y controles de precios, cepos, trabas burocráticas y normativas que violan la libertad y el derecho de propiedad de los argentinos, entorpecen la economía y destruyen la generación de riqueza.
- En consecuencia, el Estado en su conjunto se ha vuelto una máquina de impedir el comercio, el trabajo, la producción, el ahorro, la inversión, la generación de riqueza, el crecimiento económico y, fundamentalmente, la libertad.
- La consecuencia de ello es que Argentina es un país donde el 50% de la población está por debajo de la línea de la pobreza, más de 10% de la población es indigente, en un país que produce alimentos para 400.000.000 de seres humanos.
- Con una presión impositiva sobre el sector agropecuario del 70%, el Estado se queda con el alimento de 28.000.000 de seres humanos, de 5.000.000 de argentinos que no les alcanza para comer.
- El empleo privado está estancado en 6.000.000 de puestos de trabajo desde hace más de una década, el PBI per cápita es 15% inferior al del 2011 y un tercio de los trabajadores formales son pobres.
- Tenemos una tasa de desempleo baja, pero que se explica con empleo precario y salarios reales miserables y 6 de cada 10 chicos de entre 0 y 14 años son pobres.
- Quiero detenerme un segundo en esta cifra que acaban de escuchar: 6 de cada 10 chicos de entre 0 y 14 años son pobres.
- Esa es la tragedia que estamos viviendo, producto de un modelo político y económico que atenta contra la libertad.
- Nada es más importante que revertir esa tendencia trágica que hipoteca nuestro futuro y, por eso, nuestro foco en la importancia del capital humano como motor del crecimiento económico